viernes, 29 de abril de 2011

Parejas perdurables (continuacion 34)

Parejas perdurables (continuación 34)

Sobre la mesa del despacho, los ayudantes me dejaron reseña de las gestiones realizadas. Como no esperaba mucho más que el haber acabado los proyectos en curso y alguna que otra gestión para la creación de la Sociedad Inmobiliaria, quedé agradablemente sorprendido que ya tenía unas entrevistas inminentes con dos corredores de fincas interesantes.

Realicé pues al fin el viaje de novios (con churumbeles que dicen los gitanos), que a Tere también en definitiva, le entusiasmó dentro de lo que cabía. No hubiera sido lo mismo realizarlo solos. Cuando debía realizarlo, recién casados, el viaje se frustó por causa de la salud y más que limitada economía. En esta ocasión, la economía era algo mejor y la salud, nos respetó a todos. Sin embargo ni en una ocasión ni en la otra faltó el amor. O sea que enlazando ambas, tuvimos lo ideal “Salud, dinero y amor”, como dice la canción.

http://www.youtube.com/watch?v=eur5b...eature=related

El dinero ahora, dado que ya éramos una familia de seis personas, debía no solo administrase sino también multiplicarlo paralelamente .
Un gasto necesario fue tomar una sirvienta para Tere. Cuatro niños, con el último apenas destetado, la ocupaban demasiado. En principio la tomaríamos por horas, pero preví que a no tardar deberíamos disponer de una criada, tal como era lo usual en las familias ricas tanto con muchos o pocos familiares. Nosotros no teníamos elección. De puertas afuera, pareceríamos ricos.

Repasé las cuentas bancarias . Con la inyección del talón por la venta de Vespella, podía permitirme abrir una nueva cuenta a otro banco, destinada a la Sociedad a crear.
Además las gestiones para captar capital, también iban por buen camino. Todo se centraba pues en organizar el despacho en departamentos. Uno sería el Técnico, otro el comercial, otro contabilidad y el más importante, el financiero.

Eso creí al principio pero a poco, tuve que incrementarlo con el de publicidad.
De las fincas ofertadas por los corredores, opté por la de Sumella, de 24 hectáreas, a caballo de dos Municipios de la Costa Dorada.
En principio me pareció una dificultad el hecho de que quedara dividida en dos partes tributando cada cual al municipio correspondiente. Al ser rústica, lo único que delataba esta particularidad era un mojón de un metro de altura, con su número catastral.
Y al ser abandonada de años, allí no había más que algarrobos dispersos, de rendimiento negativo.
Hubo un tiempo, el de la guerra civil, en que se le sacaba partido. La carencia de todo tipo de comestibles, hacía que las algarrobas además de suministrase con el pienso para las caballerías, se utilizaban para la fabricación de chocolate para el público pobre y famélico, que éramos todos.
Y ya que hago esta mención, la complemento con la de los nabos para los cerdos que son de dimensiones considerables, pero de sabor amargo-picante. Igual que en la película Lo que el Viento se llevó, muchos los arrancaban del campo para consumirlos allí mismo.

Tomadas las decisiones dejé encargo al segundo de a bordo, que seleccionara a los delineantes en dos grupos; unos para trabajos de campo y los otros para los de gabinete, en el bien entendido que de precisarse, en ocasiones fueran ambivalentes. Pero a uno sí lo seleccionamos para exclusivamente dedicarse a la rotulación de los planos. Manejaba con rapidez el rotulador con plantilla.

Luego decididamente la recepcionista, no podría asumir la sobrecarga de mecanógrafa. Tenía trabajos de campo a iniciar para el Ayuntamiento de Santa Susana, en la costa del Maresme, y para un potentado que adquirió una gran finca de paisaje variado, agreste, abrupto, planicie, regadío y construcciones diseminadas para los cazadores, en Gallifa. Esto nos daba trabajo para unos cuantos meses.

Compaginarlo además, con la petición de un promotor urbanista en la finca Mas Ambrós de Calonge, en la Costa Brava, de intervenir asiduamente desde el levantamiento topográfico, al replanteo de las calles y futura parcelación, amén que confección de los planos de los solares a medida que estos se vendieran, ya resultaba complicado.

La juventud lo puede todo y en lugar de recapacitar sobre la saturación de trabajo, lo que vi fue lo contrario. Una seguridad laboral para varios años venideros y que me permitirían seguir adelante con mi proyectada sociedad inmobiliaria.
Así que lo comenté con Tere y me dijo que en la escuela de los niños, le dijeron que una señora buscaba trabajo de oficinista para su hija de quince años que era muy diligente.

Cuando la necesidad aprieta no se puede andar con remilgos. Pregunté si escribía a máquina con alguna agilidad y nada más. Como esto era lo que privaba en aquél tiempo, era natural que esta niña, al igual que Tere en su día con la misma edad, no le fuera obstáculo.

A la mañana siguiente, una señora con su hija me aguardaba al recibidor del despacho.
Claro tan urgente resultaba para mí como por lo visto, para esta señora.

Tuve un chispazo mental al fijarme en la niña: me recordó a Tere la primera vez que la vi, a sus trece años. Pero esta tenía quince y aún parecía menor.
La señora expuso que era una chica (ya no la presentaba como niña, pues a partir de los catorce años era legal contratar oficinistas), pulida, obediente y muy responsable.
Que lo tuviera en cuenta, por su extrema sensibilidad. Que quedaría satisfecho de su laboriosidad, pero que no la agobiara.

Esto me parecía un despropósito. Ni yo era un ogro, ni la señora me conocía, ni el trabajo de mecanógrafa daba para altercados. Pero ella insistió en este punto ya que si apreciaba por mi parte una excesiva actividad de la chica, la librara del trabajo o la despidiera, pues era su hija muy querida y sufría por lo delicado de su carácter.

Le conté que lo único que debería realizar era pasar a máquina las memorias de proyectos técnicos, o las cartas a clientes, o las facturas que le darían de contabilidad. Por descontado atender al teléfono.

No imaginé que lo remarcado por la señora trajera consecuencias. Firmamos el trato y me olvidé por completo de la cuestión.
La presenté al segundo, al contable y a la señorita de recepción. A los delineantes ya los iría conociendo. El trabajo, se lo irían pasando a medida que surgiera.
Punto final de la adquisición de la mecanógrafa y decisión firme de adquirir la finca de Sumella.

Claro que había un problema gordo. Su valor entraba en mis cálculos y podía alcanzarlo con mis medios y con una ayudita bancaria. Lo que excedía eran los costos de legalización. Había que atender a dos Municipios, los tributos catastrales, la comisión del corredor, los gastos Notariales, los de Registro de la Propiedad y las Plus valías que no abonaría el vendedor, a pesar de ser de su incumbencia, además de los tributos atrasados sin abonar, entrando en curso de sanción.

Claro si la vendían barata, era obvio que por necesidad. Al mencionar la situación, Tere intentó sacarme de la cabeza esta compra.

-No empieces algo con problemas conocidos onerosos. Los ocultos pueden ser aún peor.

-Pero, mujer, la finca tiene visos de porvenir. Están proliferando urbanizaciones por doquier. Conozco a muchas que no reúnen las condiciones de esta finca y triunfan. Y necesitamos algo lucrativo que nos permita una vida holgada.

-Pues tú verás. Por cierto en la carnicería me han recomendado una mujer para lavar, coser y planchar. Me irá bien la ayuda para atender bien a los niños.



arejas perdurables (continuación 34 a)

La semana transcurrió vertiginosa debido a la vorágine de asuntos a poner en marcha.
Con el propietario de Sumella, entablé conversación en dos encuentros. Uno en su domicilio y otro en mi despacho. La propuesta que le hice como ultimátum, la aceptó, tras consultar con un abogado pariente suyo.

Para ahorrar una cantidad considerable en los gastos de legalización, convine una entente a medias. Él percibiría un plus en el precio estipulado a plazos y me permitiría elevar a público ventas parciales a terceros que resultaran de valor menor al devengado por los plazos.

El documento de compra-venta, se extinguiría en un par de años, o se elevaría a público por el resto de superficie no segregada.

Con ello las garantías iban a su favor, pues podía jugármela vendiendo en el ínterin la finca no escriturada, que si bien fuera una estafa, la reclamación debería realizarse por querella criminal.
Incluso con sentencia a mi favor, su resolución dilatada en el tiempo (lo usual), me perjudicaría aún más que dar por perdidas las cantidades entregadas. Y el propietario aconsejado por su pariente abogado, lo sabía perfectamente.

Tuve que fiarme. De no realizar tal pacto, me quedaba con la finca pero sin capital para urbanizarla. Los bancos a una finca rústica sin construcciones en ella, no arriesgaban en hipoteca más de un diez por ciento del valor catastral que ya de por sí resulta muy bajo, por lo cual, no podía contar con su ayuda.

Sin otra salida, le pedí que a su vez me compensara con una garantía. Debía otorgarme un poder Notarial específico para la venta de segregaciones que cumplieran lo acordado. De esta forma holgaba acudir él a la Notaría cada vez que se realizara una segregación de solares.
Le pareció bien ya que se desentendía de mis tejemanejes con una sola firma.

La redacción del contrato privado y la del Poder, fueron los primeros documentos cuya transcripción a máquina por duplicado, requerí a Tecla, la mecanógrafa recién incorporada.

Otro escollo fue el que el segundo de abordo, abandonaba el barco. Me lo temía ya que estaba finalizando la carrera y seguro tendría otros planes.
El suplente fue Orpí un Arquitecto novato, deseoso de hacer prácticas.

Adquirí nuevo equipo topogáfico . Estrenaríamos el teodolito taquímetro autoreductor que se promocionaba entonces y que nos ahorraría mucho tiempo en el cálculo de la libreta taquimétrica.

También adquirí un coche de segunda mano, para transporte de los ayudantes. La inversión para el gabinete topográfico iba creciendo. Y la de la Sociedad, se preveía más cuantiosa.
Decidí para los trabajos de larga duración, dedicar un día semanal de campo a cada uno de ellos, por lo que restarían tres días para imprevistos.

Los imprevistos lo mismo pudieran destinarse a trabajos nuevos como para acelerar los trabajos de Calonge.

Para elegir el nombre de la sociedad, me ayudó el cura de Cubera al conocer mi proyecto. Era un cura joven con ganas de ser asequible al pueblo llano, introduciendo novedosas ideas para modernizar los ritos. Ya no usaba la sotana sino en contadas ocasiones. Me propuso que al urbanizar a poco más de medio kilómetro del pueblo, construyera un pequeño oratorio rural dedicado a Santa María. Era claro que velaba por sus intereses ya que a sí mismo se denominaba su parroquia.
No me pareció mal encomendarme a Santa María y a todos los Santos para que me protegieran de debacles en el negocio.
Decidido, la llamé USAMA S.A. Por Urbanización Santa María Sociedad Anónima.

Lo imprevisto fue la mal acogida que me dio su Alcalde, al proponer el desarrollo de un plan Urbanístico en Santa María. Sin comprometerse en dar beneplácito alguno, excusó que el tema debía resolverlo el Arquitecto Municipal.
Esto era un NO. Ya tenía noticias de la Dictadura descarada que ejecutaba el Alcalde. Caciques se les llamaba a los que actuaban abusando de su autoridad no permitiendo nada que a ellos no les reportara un beneficio directo, o indirecto.

Y qué decir del Alcalde del otro Municipio. De la misma calaña, pero muy sutil. Se limitó a sacar balones fuera, ya que su Pueblo Anova, se hallaba alejado y sin comunicación con la finca que pretendía Urbanizar. Esto sería mejor que el proyecto lo realizara en vistas a Cubera. Realizando el acceso por allí, su ayuntamiento nada tendría que oponer.

Un lince. Sabía como las gastaba su colega de Cubera, por lo cual sin negar verbalmente, negaba a sabiendas.
Pero yo ya no era un imberbe, de modo que oliendo la búsqueda de un soborno, al que no quería prestarme, recurrí a un colega abogado especialista en temas urbanísticos.

No se acababan los problemas. Una semana y media duró Tecla. Apenas tuve contacto ningún día con ella, debido a que pasé más tiempo fuera que en el despacho.
Y allí de nuevo me aguardaba su madre.

martes, 26 de abril de 2011

Parejas perdurables (continuación 33)


Saliendo del Hotel, nos prestamos a conocer Perpiñán.

-Es bonito el paseo por esta avenida con el río Tet.-Comentó Tere.

-Sí, pero no tiene que ver con el Ter de Cataluña Sur, según nos llaman los de Perpiñán. Y tampoco con el Cer.
No sé que mente imaginativa se fundió para dar tan variada nominación. Sólo se presta a confusión.



Rio tet

-Ya estás tranquila por fin, ¿eh?. Los nenes aligeraron las tripas.

-Encuentro raro que siendo esta Ciudad también del Sur de Francia se distinga tanto de las que hemos recorrido.

-Es que esto es la Cataluña Norte, es la capital del Rosellón. Antes de formar parte de Francia, la antigua Cataluña abarcaba ambas partes del Pirineo.


Perpiñán



http://es.sunfrance.com/descubrir/de...rbano/perpinan
Datos de Perpiñán

Para los Catalanes de España, al hablarse también el mismo idioma en la parte Francesa, representa y es una continuación de su País.
Sin embargo en cada lado de los pirineos, rigen leyes distintas, correspondientes a las de sus Estados.

Durante la Dictadura Franquista, la catalogación de los filmes eróticos, demostraba un puritanismo, rayano a lo ñoño. Como en la parte Francesa la no había censura, la afluencia de Barceloneses a las pantallas de los cines de Perpiñání, fue masiva. Buen negocio les reportó esta clase de turismo durante tantos años.
La película que causó furor, fue El Último Tango en París.

Los niños, parecía que olían la vuelta a casa. Una vez satisfechos por hallar unos sanitarios semejantes a los conocidos por ellos, recobraron la alegría de vivir. Les gustó recorrer la estación de ferrocarril, ya que es la unión principal de la comunicación Hispano-francesa. Dalí la llamó el Ombligo de Europa. El Ónfalo.


Estación de Perpiñán


Cuadro de La estación de Perpiñan, por Dalí

Por lo visto, el nombre de Ónfalo, lo dio Dalí por el paralelismo entre este enclave de la Estación en Perpiñán y el del enclave de Delfos, para los Griegos.


Ónfalo de Delfos


http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%93nfalo
Ónfalo, por wikipedia



Un visitante delante de la Estación de Perpiñán. Al lado la escultura en bronce "Metamorfosis de la Venus de Milo", 1964


Como ya ansiábamos llegar a casa, no nos estuvimos mucho tiempo, pensando que hallándose esta Ciudad a la vuelta de la esquina, podíamos volver con facilidad cuando apeteciera.
Tuve la tentación de llegar a La Reserva Africana de Sigean, que está a unos 40 km al norte de Perpiñán, a los niños les hubiera gustado, ya que se trata de un parque zoológico en el que los animales viven en libertad, pero ello hubiera demorado otro día el regreso.

Siendo el mediodía, nos detuvimos como última parada en el Hotel de Le Village Catalan, a comer.




Después de comer ya con la única parada en la frontera, para visado del pasaporte, nos saltamos Figueras, ciudad natal de Dalí, en Girona repostamos gasolina y al atardecer Tere se encontró abriéndole la puerta de casa de sus padres a Jordi con su frase lapidaria:

-Perqué te`n anaves i m`has deixat sol, eh?. (¿Por qué te fuiste y me dejaste solo eh?)


Cuenta Tere:

En cuanto llegamos a casa, tras el viaje todo volvió a ser más o menos como antes. Tan sólo había cambiado que durante el trayecto descubrí muchas cosas que desconocía del País. Con los años he ido descubriendo que la mejor manera de aprender geografía es sin dudarlo poder viajar.

Empecé a buscar en la libreta que siempre que he viajado he llevado conmigo, todas las cosas que había ido anotando.

Al leerlo de nuevo, volvía a sentir lo mismo que cuando lo viví por primera vez, y eso desde entonces me dio ánimos para no dejar de anotar muchas cosas, aunque fueran de lo más absurdo. Tarde o temprano me servirían de tema para mis narraciones.

Y de esta manera surgió “un día diferente,” que a lo largo de tantos años se ha ido repitiendo. Un montón de anécdotas que ahora al leerlas de nuevo me hacen sentir nostalgia, unas veces, y otras me rio a carcajadas por las innumerables travesuras de los hijos.



U N D I A D I F E R E N T E



Tenía ante sí la máquina de escribir, con las manos en posición como si estuviera a punto de interpretar un gran concierto de piano, la cabeza busca afanosamente un motivo para exponerlo letra tras letra, oración tras oración gramatical, relatando con destreza alguna idea que tenga su encanto.

Algo como un remolino se mueve dentro de su cabeza, tiene una idea vaga, pero le falta saberlo expresar. Le cuesta encontrar palabras sencillas, pero expresivas que lleguen por completo al lector. Piensa que tan sólo con un poco de concentración, lo conseguirá.

La narración empieza como casi todos los cuentos, una vez la primera frase, las palabras van fluyendo y logra describir las escenas que tiene en la mente sin demasiados contratiempos

El teléfono llama insistentemente, y con un gesto impaciente descuelga el auricular. La llamada no es para ella, toma nota del encargo que le dan para transmitirlo al familiar, mientras contesta con monosílabos. Ha dejado anotado todo en un papel.

Se vuelve a sentar ante la máquina de escribir. ¿Por dónde iba? Lee lo que acababa de expresar momentos antes de la llamada, y se queda inmóvil con los ojos cerrados, buscando las palabras exactas que darán vida a sus personajes, palabras que cuando ha sonado el teléfono, parecía que emanaban fluidamente de su cerebro, y que ahora tras la distracción, parece que han desaparecido por completo.

Inexplicablemente ahora no recuerda cuáles eran, le parece que lo que quería decir, ya no lo ve tan importante ni bonito como antes, y se queda en suspenso, pensando.

Teclea unas frases y después de leerlas las tacha, no le gustan. Por suerte es un borrador donde puede hacer todas las modificaciones que crea conveniente.

Por fin encuentra las palabras exactas, y los dedos corren ligeros por las letras, y el papel se llena de escenas, de hechos fantasiosos. Está contenta porque en pocos momentos ha sabido expresar cosas que retenía en su cabeza, y las ha sabido transmitir al papel. Quién sabe si alguien cuando lo lea se sentirá identificado con sus pensamientos.

Unas llamadas a la puerta, consiguen que de mala gana se levante de la silla, no sin rezongar por el camino, por la nueva interrupción.

Un poco agresiva pregunta por el interfono quién es. Desde la calle le piden que abra la puerta, es el cartero que necesita entrar. Duda unos momentos, pero acaba haciendo lo que le piden. Ha quedado un poco intranquila. ¿Y si no fuera cierto? Decide asegurarse y abre la ventana del pasillo desde donde se puede ver la entrada de la escalera. Comprueba personalmente que en efecto es el repartidor de Correos que va depositando en los buzones la correspondencia.

Respira tranquila después de verlo con sus propios ojos. Hubiera podido ser un desaprensivo – como los hay en la actualidad – que hubiera aprovechado cuando ella le ha abierto la puerta, para hacer cualquier desmán. O como los había tantos que luego iba piso por piso ofreciendo artículos de rebaja.

Bueno…otra vez ante la máquina de escribir. Lee las últimas frases que ha escrito. Ya no sabe exactamente por dónde iba el relato. Lo vuelve a leer todo, y le parece que algunas frases no han quedado bastante claras, ni están bien expresadas, que ha usado palabras que aunque son buenas, les falta sentimiento. Esto mismo, seguro que se puede decir de otra manera, más contundente, para realzar la acción. Se levanta y busca en el libro de sinónimos lo más apropiado. Sí, ahora ha quedado mucho mejor. Se da cuenta que ella misma, se hace los reproches, y ella misma se propone la solución.

Antes de volverse a sentar, se acerca hasta la lavadora de la ropa, para asegurarse si ya ha terminado el ciclo rápido de lavado. Todavía faltan unos minutos.

Comprende que es mejor no sentarse ante la máquina de escribir hasta que la ropa esté a punto de tenderla, después volverá a sentarse y tratará de seguir con un mínimo de interrupciones.

Para aprovechar aquellos minutos, decide hacer una llamada telefónica, dejando el reloj de manera que lo pueda ver en todo momento. Mientras habla, está pendiente de los centrifugados que hace la lavadora, éste ya debe ser el último, y aprovecha para cortar la conversación telefónica. Asegurándole a su amiga que en otro momento, continuarán la charla.

Mientras tiende la ropa, va pensando en cómo desarrollará el argumento que tiene a medias en la máquina de escribir.

Se da prisa, quiere terminar cuanto antes para poder sentarse ante las hojas en blanco, para exponer todo aquello que ahora ve con mucha claridad.

Las letras van apareciendo sin dudas, y las ideas quedan expuestas tal como ella las siente. Una vez terminado, lo vuelve a leer, corrige unas cuantas frases; sólo le queda pasarlo todo en limpio, y hacer copias.

La mejor cosa que puede hacer ahora es olvidarse momentáneamente del escrito, terminar con las tareas de la casa, y después de comer, cuando vuelva a quedarse sola en casa, sin ruidos ni nadie que la moleste, terminará definitivamente el trabajo.

En la cocina cuando ya todos se han ido, mientras prepara una cafetera va pensando si todo lo que ha plasmado gustará. Se encoge de hombros. ¡Es tan difícil llegar al corazón de la gente! Y no es este el único problema, ella no es una profesional de la escritura, lo hace porque le gusta, porque cuando escribe le parece que ha llenado un vacío, muy adentro de su ser. Se convence diciéndose a sí misma que sirve para algo más que criar a los hijos.

Pensándolo bien, la cuestión de educar a unos chiquitos, y hacerlos responsables, para que el día de mañana sean nobles, trabajadores, y honrados, ya es una tarea francamente difícil; aunque lo ha hecho con ilusión, y ternura en su momento, ella piensa que también tiene derecho a que su persona tenga otros alicientes, no sólo la familia aunque sea lo más importante. Sabe que el papel de madre nadie se lo podrá quitar nunca.

Reconoce que a pesar de todo no ha sido una tarea fácil enseñarles aquello que cree les puede ser más conveniente para ellos. Hoy en día todo ha cambiado demasiado, y no se puede tomar como modelo lo que a ella le enseñaron.

Con la taza de café con leche en la mano se dirige a la mesa del comedor.

Papeles, libretas, hojas de papel carbón “típex”, dos diccionarios, todo diseminado de cualquier manera encima de la mesa dando una sensación de desorden apabullante. Mira la hora que es. Tiene exactamente tres horas para poder trabajar tranquila, sin que nadie la moleste.

Decidida se dirige hasta el teléfono, y lo descuelga. Cierra la puerta del recibidor, y las dos que dan al comedor, mientras piensa muy convencida que aunque llamen desde abajo, ella no lo va a oír, por lo tanto no se quedará preocupada si llaman.

Ahora sí, ahora se sienta y entre sorbo y sorbo de café con leche, va escribiendo.

Se deleita transmitiendo al papel todo lo que ha ido imaginando en su mente.

Es una historia sin demasiada relevancia. Los personajes aunque ficticios no dejan de tener alguna similitud con las cosas que ella, o alguien cercano han vivido. Se congratula porque mientras ha ido desenvolviendo la historia, es como si la hubiera vivido en primera persona. Es como una huida de la monotonía y pesadez de lo cotidiano.




jueves, 21 de abril de 2011

Parejas perdurables (continuación 32)

-Papá.papá, en nuestra habitación no hay W.C., solo ducha y lavabo.

Fui a ver a que se refería J.C. Claro, los niños aún no tuvieron ocasión de conocer lo que eran las turcas. Les expliqué que eran unas letrinas sofisticadas ya que disponían de los mismos elementos que los W.C. con taza en la que sentarse. Un posa pies, un agujero para defecar, un sifón para emerger siempre agua limpia y una tubería de descarga agua para limpiar. Además un posa papeles para limpiarse.


Dada la lección, conminé a que lo usaran. Dani se enfurruñó y dijo su clásica frase:

-¡No…! , Noooooo…….

-Vale vale, no te preocupes. Cálmate, papá y mamá, se vuelven a su habitación.

Había que tantear todas las posibilidades para no repetir la escenita de Lisboa.

Se hizo la calma y Tere preocupada:

-¿Qué hacemos si no quieren usar el retrete?.

-Ni caso. Ya les apetecerá cuando la naturaleza les apriete.

Al pagar el Hotel, que por cierto fue el primero que nos vino de paso y que en definitiva no desmerecía ni en el trato ni en los servicios, pregunté si tenían aseos con W.C. de taza.

Nos informó que usualmente la turca es la pieza de los baños empleada por el Sur de Francia para los establecimientos públicos.

Tuvo toda la razón. Al menos por aquél tiempo, así lo constaté. Faltaban unos quince kilómetros para llegar a Lourdes, cuando Tere dijo:

-Mira una gasolinera. Para iré al excusado y que vayan también los niños.

Al cabo de un rato, salen los niños enfurruñados los dos. No quisieron usar la Turca.

Con cierto nerviosismo atravesamos Lourdes, contemplando la Catedral, erigida merced a la fe en la Virgen, que se apareció a Bernadette. Nuestra curiosidad era doble, ya que nos recordaba la película “La canción de Bernadette” y por ser testigos de que la fe mueve montañas.

En este caso, los óbolos de la fe lograron erigir una catedral de triple advocación, siendo la de la Virgen de Lourdes, elevada a la titularidad de Basílica. Y que además traspasó su fervor a Chile y otros países Hispanoamericanos.

http://viajesdestinos.com/basilica-de-lourdes-lugar-milagroso/

Siguiendo el viaje, pensé que lo mejor sería entrar a comer en algún restaurante que se viera de categoría. Tendríamos mayores posibilidades de complacer a los niños.

No se divisaba ninguno. Divisamos a las dos de la tarde uno que no nos complació. Seguimos y ya eran las tres cuando Tere alarmada dice:

-Pero Carlos, para ya a un restaurante sea como sea. Estamos en Francia, para ellos que comen a las doce y que siguen horario una menos que nosotros, deben estar a la hora del Té.

El primero que se nos presentó al cabo de otros diez minutos que se eternizaron, aparentaba categoría. Menos mal. Pero Tere tenía razón. El Maître, nos ofrecía mesa para el té, o café, al igual que los comensales de otras mesas, evidentemente de palique.

La cocina llevaba cerrada hacía más de dos horas. Excusé mi confusión y como paliativo, le pedí que nos sirviera algo frío y como no, sus famosas queseras con muestrario completo de quesos, ya que nos apetecían a los cuatro.

Se vio perfectamente que lo hacía a desgana, pero nos complació con una fuente de quesos de tres niveles guarnecidos a tope con una veintena de variados gustos.

Iniciamos la degustación, cada cual tomando una porción del que aleatoriamente tenía a mano. Una vez saboreado, notificaba la excelencia de tal tipo de queso.

Automáticamente, se montaba una competición entre cual era mejor, por lo que íbamos degustando todos los tipos para poder dilucidar cual mejor y los puntos que cada cual concedía a determinado queso.

Sin darnos cuenta, dejamos la quesera poco menos que exhausta. Pensé en el efecto que habría hecho una familia Catalana presentada a la hora del té consumiendo con apetito voraz tal cantidad de queso. Me ruboricé cuando pedí la cuenta.

El Maître con cara de pocos amigos, dijo que no podía cobrar una imple consumición de cuatro personas, ya que nos excedimos.

No estaba en mi ánimo regatear, ni mucho menos. Le agradecí que nos hubiera atendido y que satisfechos como estábamos no discutiríamos su factura.

A continuación, pedimos por el Aseo, y allí fuimos todos.

Y un palmo de narices. También turcas que los niños en modo alguno quisieron usar.

Había que poner un remedio urgente: Pernoctar después de otro buen recorrido de carretera, en el hotel de St. Girons deseando suerte, que de no haberla, al menos a la mañana siguiente en Perpiñán, se habría acabado la odisea.


Parejas perdurables (continuación 32 a)

Ni suerte, ni niño muerto, el hotel que no fue por elección, al no haber otro, daba fe a lo argumentado por el hospedero de Bayona.

Tere cada vez mas alterada, imaginaba siniestras complicaciones orgánicas a nuestra prole. Intervenciones quirúrgicas de urgencia, imprescindibles. Veía que no se trataba de una perrería infantil sino que su continencia se debería a algo somático.

-Tere, estás haciendo una mole de un simple grano de arena. Mira, el Campamento de Castillejos, se habilitó para la instrucción militar de siete mil estudiantes, cada verano.

Puedes imaginar cómo serían las letrinas para grupo tan numeroso.

Mi primera visita, me produjo repulsión, pero apechugué. No volví hasta dos días después y esta vez, el asco, me cortó la necesidad. Reconozco que de haber sido para un centenar, solamente de usuarios se hubiera asemejado a las turcas y no hubiera habido problema para nadie.

La solución mía fue alejarme medio kilómetro del campamento, considerando en el bosque un ambiente bucólico. Claro la excursión de medio quilómetro, la realizaba o al anochecer o al alba, antes de Diana.

Sin embargo conocí a tres colegas que milagrosamente a mi modo de ver en aquellos días, se abstenían de lugar alguno y aguardaban el sábado con el permiso para bajar a Salou, (Ciudad turística de la costa, muy cercana a Castillejos), para satisfacer allí sus necesidades. Tres meses en este plan, no les acarreó ningún trastorno funcional.

La mente, influye en el organismo mucho más de lo que parece.

-Pues creo que tres días ya son muchos y ya no me apetecen más recorridos turísticos en estas condiciones. Cuando antes lleguemos a Perpiñán mejor.

Para banalizar el problema, le prometí que a la mañana siguiente, no pararíamos ni en Foix, ni en Quilán. A mediodia estaríamos en Perpiñán.

Y le conté aventuras escatológicas jocosas, habidas en Castillejos.

Cotet, era entre nosotros el colega huraño. Muy retraído. Había que sacarle las palabras con tenazas. Al formar un día, citados por el Alférez, intrigados por el motivo, acabó con su impasibilidad.

El Alférez tuvo conocimiento de que en las letrinas, alguien había enlazado con cinta de dos centímetros ancha tejida con la bandera española, a un “puro” defecado, colocado en posición vertical de altura 33 cm. Y diámetro cuatro y medio (medidos con cinta métrica).

Una porción de caña, también en posición vertical, sostenía un rótulo de papel en el que se leía:

“Primer Premio al Puro Castillejos

El Alférez mostrando una preocupación por tal hecho, se dirigió a nuestra formación :

-Caballeros Aspirantes a Oficial de Complemento, el notición de las letrinas obliga a destacar la actuación de nuestro cuerpo de Caballería.

Oficialmente se reconoce el mérito a nuestro Caballero Cotet.

Cotet: ¡ caga usted como un elefante!.

La formación en pleno estalló con risas insostenibles, a excepción de Cotet.

A punto estuvo por increpar al Alférez por broma de tan mal gusto. Se contuvo a duras penas ya que al formar parte del ejército, la hombría, hay que supeditarla a la obediencia al superior y trae malas consecuencias, rebelarse.

Pero la ojeriza que tuvo con todos los que intentaban rememorar tal situación, a partir de este día, distó de ser la de un huraño para sin dudar mostrar odio.

Y a pesar de existir una probabilidad entre varios millones de que lo lea alguno de los colegas partícipes de las timbas organizadas los sábados y domingos en Castillejos, me arriesgo y confieso (aunque se produjera tal coincidencia, es de suponer que después de 58 años, o lo olvidaron o les resulte indiferente):

-Carlos, nos falta un jugador para la timba. Ven con nosotros que vamos a un lugar ideal para pasar la tarde al frescor de una semicueva.

-Hombre. Un lugar con una cueva, esto hay que verlo. Los pocos pinos que nos rodean no mitigan nada el calor inaguantable de siempre.

-Pues un día lo descubrimos y ahora cada semana vamos a jugar allí. Incluso nos construimos asientos y una mesa de piedra. Lo único que nos incordia, es que indefectiblemente antes de ocupar nuestro sitio, tenemos que limpiar la mesa, en la que algún desgraciado la tomó por letrina.

Me intrigó su manifestación, pensando en quien pudiera ser el maníaco que prefiriera defecar sobre una piedra lisa. Pensé que si lo hacía por las tardes a pleno sol, le sedujera la sombra en la cueva que referían. Aún así más propio era hacerlo fuera de la piedra, no encima.

Asombro, vergüenza y temor, todo a la vez me causó al llegar a la “cueva”. Reconocí al instante, que era justo la vertical del hueco en el que yo por las noches, o madrugadas me permitía evacuar. Ni idea que por debajo existía una seudocueva.

Me sumé a despotricar al interfecto, afeando su acción y ofreciéndome a la limpieza en esta ocasión.

-Nada Carlos, eres el invitado de honor y ya tenemos prevista la escoba que guardamos y con dos cantimploras de agua, en diez minutos limpio y seco.

Quien se atrevería a contradecirles con el cariño que mostraban al jugador suplente.

No le hicieron mucha gracia a Tere estas anécdotas, pero sí se distrajo lo suficiente para olvidar durante el día la actitud de los niños.

sábado, 16 de abril de 2011

Parejas perdurables (continuación 31)

Cruzamos el Puente Internacional que enlaza Valença con Tuy. Propuse dar una vuelta para conocer la Ciudad, luego comer y seguir hasta Vigo.
No podíamos permanecer mucho tiempo en cada etapa del viaje pues ya se habían quejado los niños en varias ocasiones que tenían sed, tenían pis, tenían aburrimiento en el coche. Constantemente, Tere tenía que poner paz entre ellos.
Para realizar el itinerario previsto, nos faltaba recorrer mil quinientos kilómetros. Tocaba pues dosificarlos como mucho en cinco etapas.

-Tere, tú no conociste a tu abuelo paterno, pero sí sabes que falleció en Tuy.

-Lo sabes mejor tú que yo. Las charlas que tuvisteis vosotros dos antes de tu partida para Alcalá, fueron las que me dieron algo de luz. Conmigo nunca habló del abuelo.


Por lo visto, mi suegro desde que su padre viudo, casó en segundas nupcias con una viuda gallega, madre de dos hijas, casi le perdió la pista.

Había sido un Comandante del Ejército Español.Y participó en las guerras del RIF. Allí ascendió a Tte. Coronel. Luego se dio el esperpéntico cuadro de Tragedia Griega:
La Guerra Civil.

Del África, pasó a la Península, librando batallas que le ascendieron a Coronel.
Mi suegro, al mencionar este grado militar, ponía una cara grave.

-Suerte tienes Carlos de hacer el Servicio en tiempos de Paz. Tanto tu padre, así como yo ,tuvimos enfrentamentos bélicos y eso es trágico . Él, en Melilla según contaste, yo en Lérida. La batalla del río Segre.






El Segre por Alós de Balaguer

Me contó, como por residir en Barcelona, le enrolaron con las tropas republicanas y se vio involucrado en varias batallas defensivas en el Segre. A la otra orilla, el ejército de los Nacionales, al mando de su padre, les estaba masacrando.
Los compañeros, le preguntaron varias veces si por su apellido, no era pariente del Coronel franquista. Igual que San Pedro, lo negaba, a sabiendas que si la sospecha se extendía, no faltaría quien aprovechando cualquier refriega, provocara una bala perdida a su cabeza.

Acabada la guerra, solo tuvo un efímero contacto con su padre, ya que como ascenso, le destinaron a gobernar de nuevo en África, la Plaza de Tetuán y poco después retirado se dirigió con su mujer e hijas que jamás conoció a Tuy, donde falleció a sus noventa años.

Visitamos esta bella campiña someramente y en Vigo, después de cenar en Restaurante El Mosquito, de fama como antro para los gourmets, pero nada económico, pernoctamos.
Visitamos las Islas Cíes, paradisíacas y a continuación, sin escala hacia Santillana de Mar al Parador Nacional Gil Blas. Escarmentados, sacamos dinero del Banco y ya pedimos reserva al Parador, desde el hotel de Vigo.

En Santillana nos encontraríamos con una amiga de Tere, casada con Tornillo, apodo de un ayudante que tuve de soltero en Barcelona.


Veleros en una playa de las islas Cíes.


Parejas perdurables (continuación 31 a)

Llegamos por fin al Parador de Santillana.

-Carlos, no repitas trayectos tan largos y enrevesados. Los niños no lo soportan y a mí también me marean.

-Mujer, interesaba llegar cuanto antes al Parador. Así tendremos tiempo de ver La Cueva de Altamira. Y no esperaba que para reducir kilómetros por Carreteras Nacionales, tuviera que seguir el laberíntico trazado de las secundarias.

-Y retroceder por equivocar la adecuada.

-No me eches en cara esto, que no puedo ir conduciendo y a la vez mirando el mapa.


El itinerario, de haberlo hecho por las carreteras nacionales, se hubiera incrementado más de cien kilómetros, pero contra este ahorro, perdimos más de una hora debido a la menor velocidad adecuada y los extravíos.



El Parador, todo un lujo. Nos aposentamos en una suite, con camas de matrimonio y dos más para los niños. Asimismo, un baño amplísimo y otro que tampoco desmerecía. Una nevera atiborrada de bebidas y chucherías. Una sala de estar y una terraza-balcón solana.

A nuestra llamada acudió la amiga de Tere, que nos concienció del acierto en elegir este Hotel. El que la élite de la sociedad local frecuentaba como club.


Nos acompañó hasta su hogar. Ocupaban La Casona de los Tagle.



http://www.santillana-del-mar.com/es...delostagle.htm

Tenían la obligación de conservar el Museo del piso superior y permitir los laborables por las tardes el acceso a los turistas.
Allí estaba Tornillo. Le recordé la poca gracia que me causó cuando de regreso de un trabajo de Campo Topográfico, aburridos en la estación aguardando el tren directo a Barcelona, propuso entrar en la cantina y ya que teníamos media hora de espera, jugáramos a los naipes.

El cantinero, nos llamó diciendo que se iba el tren. Cierto. Enfrascados, con los naipes y los chatos de vino, a pesar de tener los billetes, no le alcanzamos a tiempo.
Insistió en que continuáramos jugando. Tomaríamos el próximo, otra media hora. Se repitió la broma. Él, tomándolo a risa, “tomaremos el siguiente”. Y de nuevo entró en la cantina con los compañeros.
Yo mosqueado por los sucedido, opté por pasarme otra media hora en el andén. Y a mí no se me escapó aquella vez, aunque sí nuevamente a él y los dos acompañantes siguiendo con su chateo.

Ahora lo reímos los dos, pero recuerdo que el tiempo perdido en la estación, lo tuve que recuperar para acabar el trabajo saltándome la cena cuando ya era hora de acostarse.

Esta vez, ya ambos con la seriedad de cabezas de familia, nos ofreció ver los objetos del museo que mantenían intactos tal como se suponía lo tenían los Tagle desde hacía más de cien años.

No permitió que subieran los niños, ya que algunas piezas de las mostradas al alcance de la mano de cualquiera, eran delicadas muy valiosas, únicas y frágiles. Su responsabilidad, no le permitía riesgos con niños.


Luego paseamos por la playa Santa Justa.




Antes de volver al hotel, visitamos La Colegiata.




Y por la tarde personalmente fue a buscar al Guarda de La Cueva, para que saltándo la norma de las visitas concertadas, nos la abriera y enseñara, esta vez sí a todos, incluídos los niños.

Bisonte pintado en el techo de La Cueva de Altamira

Fuimos afortunados al poder ser testigos del Arte Rupestre conocido más antiguo en Europa. Poco tiempo después de nuestra visita, se cerró a cal y canto por temer el deterioro en las pinturas debido a la masificación de público.
Hasta años después no se volvió a abrir al público tras haber tomado precauciones para la conservación, obstruir grietas de humedades, prohibir el acceso a grupos numerosos. Prohibir entrar con luminarias de fuego, y por descontado nada que provocara humo, como fumar. Y además limitar la cantidad anual de permisos para visitantes.

Llamamos a la mañana siguiente al Parador de Hondarribia, solicitando habitación ya que tenía mis dudas de que la Policía Portuguesa hubiera sido tan diligente como para ya haber hecho llegar en tan poco tiempo mi pasaporte a Irún. Y sin él no podría entrar en Francia.

Parejas perdurables (continuación 31 b)

Lo primero que hice al llegar a Irún fue solicitar mi pasaporte a la Policía en la Aduana. No las tenía todas conmigo. Por eso había pedido alojamiento al Parador de Fonterrabía (Actual Hondarribia), que de tener certeza, habría seguido viaje por Francia.

Pues, sí señor. Los Portugueses cumplieron y casi que no tuve que darme a conocer para recogerlo. Los Policías sin asombrarse dijeron:

-¿El de Lisboa?. Tenga Ud. Lo trajeron ayer.

Uno se maravilla más por lo que sale bien, que por los entorpecimientos imprevisibles, pero esperados en la cotidianeidad.

Sin dar ocasión a que se apearan del coche, ni Tere ni los niños, nos dirigimos a Hondarribia.

http://www.parador.es/es/tratarFicha...do?parador=033
Video del Parador.

-Da gusto esto de los Paradores Nacionales, Tere. Ninguno es parecido, pero todos mantienen un estilo señorial, procurando merecer a su historia local.

-Y ya veo que mantiene los precios por debajo de lo que correspondería a su categoría. ¿No fue Fraga, el impulsor del Turismo durante su Ministerio?.
Por cierto todos los trayectos deberían ser como los de hoy. Pocos kilómetros. Me gustó El Sardinero y su playa en Santander, contra lo desmerecedor de Bilbao, con una entrada fatal y sucia.




Playa del Sardinero


El Bilbao que atravesamos en aquellas fechas, nada tiene que ver con el actual. Ya no hay altos Hornos. No existe el tráfico desmesurado de camiones con carbón. Se ha modernizado, se ha reverdecido la ría y finalmente el Museo de Guguenheim, le infundió el sello definitivo.


Museo Gugenheim


-Y me robó el alma la bahía de la Concha en San Sebastián. Los elogios oídos no le hacen justicia. Ya me habría gustado también pasar la noche allí, pero nada a objetar viendo también la desembocadura del Bidasoa desde las habitaciones de este Parador.


Playa de La Concha


Tere, se sentía feliz, cada vez que tomábamos contacto visual con aguas marinas. Cosa que poca atención les merecía a nuestros hijos. Demasiado pequeños para apreciar lo que se les ofrecía, pero tenía puesta mi esperanza que de mayores sintieran haber tenido una infancia agradable con pocas dificultades, para no torcer su sano desarrollo físico y mental.

A la mañana siguiente, nos entretuvimos ya en la primera Ciudad Francesa dada a conocer por Luis Mariano en sus coplas, a San Juan de Luz, que verdaderamente se veía diáfana. Y con colorido en sus fachadas recordando las de Estoril.

También Biarritz formaba parte del repertorio del cantante, ya que son Ciudades de la Vasconia Francesa, como una continuidad de Euskera, la Vasconia Española.


Biarritz

Comimos allí y pernoctamos en Bayonne. Me enteré del origen del nombre dado a las bayonetas colocadas en los fusiles para ataques cuerpo a cuerpo.

Muchos judíos expulsados de los reinos de Castilla y de Aragón por los Reyes Católicos se establecieron en Bayona, hasta que en 1602 el rey les obliga a abandonar la ciudad, a la que volvieron en 1789, instalándose en el barrio de Saint Esprit.6
A lo largo de los conflictos esporádicos que agitaron los campos franceses en el siglo XVII, los agricultores de Bayona se encontraron cortos de pólvora y de proyectiles. Entonces metieron sus cuchillos de caza en los cañones de sus escopetas, confeccionando lanzas improvisadas que se llamarían a partir de entonces bayonetas.


Extracto de wikipedia.


Bayonne

Seguiríamos otra jornada, hacia Lourdes, pero empezaron los problemas con los niños.

miércoles, 13 de abril de 2011

Parejas perdurables (continuación 30 )

Desde recepción en el hotel, llamé al delegado de Turismo de Oporto. Amablemente, se presentó a los pocos minutos y con una atención encomiable, allí mismo, por teléfono se puso en contacto con los secuestradores de mi pasaporte.

Entendí muy bien como con duras calificaciones afeaba el descuido, conminándoles a disculparse por su mala práctica. Una vez exhibidos los pasaportes, tenían la obligación de devolverlo al cliente. En absoluto retenerlo.

Luego se puso en contacto con la policía. Nos preguntó hacia dónde nos dirigíamos.

Teníamos previsto, salir de Portugal, por Valença y como mucho en tres días pasar a Francia por Irún. Nos pidió excusas en nombre de su departamento y el del Estado Portugués por las molestias acarreadas debidas a mala práctica del hotel de Lisboa.

Al hotelero de Oporto, le indicó que podía obrar como si le exhibiera el pasaporte, bastaba el DNI, que se hacía cargo Turismo oficialmente. Y a mi me dijo que no me preocupara por el pasaporte ya que la policía portuguesa lo entregaría a la española de la aduana en Irún, en dos días.

Tranquilizado por superar ya los inconvenientes del pasaporte y el dinero, dejamos las maletas en nuestras habitaciones y salimos a pasear por la Ciudad.

-Me gustaría encontrar por casualidad a Serrano y a Isabel. Les comentaría cómo logré identificar las fincas de su abuelo en La Puebla de Castro. Pero claro no sé si aún residen aquí, ni cual es el nombre de su Empresa, de modo que preguntar es inútil.-Dije a Tere

-Isabel, estará en contacto con sus abuelos y tíos de La Puebla de Castro. - Respondió Tere.

-Y , ¿qué?. También lo estará con sus padres en Barcelona. ¿A qué viene eso si ya hace cinco años que no contactamos?.

-Lo digo por cuanto ya debe saberlo por su abuelo, pues contentos estarían.

-Sí. Supongo. Pero sobre todo Serrano, se preguntaría cómo lo conseguí y es que yo mismo me maravillo de la suerte que tuve.

Antes de partir Serrano y su esposa para Oporto, me pidieron que contactara con Don Jacinto, abuelo de Isabel. Llevaba tres años incorporado a su pueblo natal, después de haber pasado veinte en América, sin lograr tomar posesión de las once fincas heredadas.

Precisaba un técnico de confianza, que le situara sobre plano lo que él tenía por escritura.

Le hice ver que el importe por gastos de desplazamiento desde Barcelona con un par de ayudantes y los días de estancia de hotel necesarios para el trabajo, superaría con creces lo que le cobrarían los técnicos Zaragozanos, que por su cercanía, prescindirían de las dietas.

Aclaró que el tema, le hacía dudar de hallar técnicos imparciales por la provincia, por lo que insistió. Además, dada la no existencia en La Puebla de hotel alguno, nuestra estancia sería en su propio hogar. Su casa era de las antiguas con más dependencias que habitantes, ya que ahora, sin criados, ni mozos de labranza, solo la habitaba él, su esposa, su hija y su cuñada.

Salimos de madrugada de Barcelona, para al mediodía en el Catastro de Zaragoza, sacar copia del municipio de La Puebla, y todos los datos habidos actualizados en plano aéreo.

Así por la tarde en La Puebla, ya me hallaba dispuesto a atender a Don Jacinto.

El problema era que durante los veinte años de su ausencia, los vecinos, no solo le olvidaron como vecino, sino también como propietario de las parcelas heredadas desde sus abuelos.

Tantas veces como reclamaba sus huertos, el vecindario se desentendía, dando excusas unos a otros de si los lindes habían sido variados, o si lo que reclamaba estaba en su imaginación.

Ni el Alcalde, por ser joven podía dilucidar lo que consideraban reyertas legendarias vecinales.

Le enseñé el plano que traje del municipio, cosa que ya le alegró, pero confesó que no entendía ni papa. Entonces le pedí que me describiera tal como recordaba las fincas y quienes eran los vecinos de sus lindes, así como los detalles de superficies.

Aportó la escritura de tapas muy deterioradas. Redactadas a mano, describía las once parcelas que fueron de su abuelo y signado bajo el Reinado de José I, Bonaparte.

¡Toma castaña!. Una escritura de los tiempos de Pepe Botella, así llamado despectivamente el rey de España impuesto por Napoleón . Su reinado duró cinco años. ( 1808 hasta 1813).

Pepe Botella

Salido de mi asombro, croquicé lo que se describía de cada una de ellas y luego le pedí que pacientemente, fuera contando lo que recordaba de ellas.

A la mañana siguiente con estos datos, recorrimos lo que podían ser sus propiedades. A base de tanteos, algunas de las parcelas coincidieron con lindes y superficie, pero carecían de acceso.

Otras se desvirtuaba la figura, evidentemente modificada por el vecindario y una última, resultó imposible de localizar. Intuí que se trataba de un montículo pedregoso, alrededor del cual lindaban propiedades de tres vecinos.

Una vez superficiadas las diez fincas identificadas, le entregué los planos, para proceder si lo requería el abogado al hacer acto de dominio. Pero la última, imposible.

Durante los veinte años el vecindario,había seguido el refrán, “ Al vecino darle, pero no quitarle”.

Por lo visto cumplieron con la primera parte del refrán, y cada año, al limpiar sus tierras, las piedras las echaban al vecino ausente, pero la segunda parte no se cumplió, ya que a base de ensanchar las parcelas librerándolas de piedras, reducían la superficie lindante hasta convertirla en un túmulo pedregoso.

Para demostrar esta suposición había que superficiar las propiedades de los supuestos usurpadores. Sus propiedades, excederían entre los tres la superficie equivalente a la usurpada.

Como Don Jacinto, entendió el revuelo que armaría, se dio por satisfecho con la recuperación de las diez aclaradas. Don Jacinto, mostró mejor criterio que los herederos de la Era en litigio a la que asistí en Alcalá de Henares años antes .

Total que si nos topáramos con los Serrano, tenía tema para hablar de nuestro pasado. A la mañana siguiente, después de recorrer prácticamente toda la Ciudad y catar la diversidad de tapas de sus bares, esta vez pagué sin novedad la factura del hotel y para mayor tranquilidad pensé en pernoctar en Tuy, la primera ciudad española en la frontera portuguesa.

Pero un Urbano de Viana do Castelo, nos convenció para subir al monte del Santa Luzía.

http://www.youtube.com/watch?v=AwUtV...eature=related

http://upload.wParejas perdurables (continuación 30 a)

Panorámica de Porto

Partimos después de comer en Oporto, hacia Viana do Castelo. Recomendada por ser una hermosa Ciudad, muy visitada por los Gallegos ya que prácticamente eran vecinos, de modo similar a lo que representa Perpiñán Francesa, con los Catalanes.

Ya en el centro de Viana, preguntamos a un Urbano por un hotel económico. Nos miró extrañado, ya que para ellos, un automóvil impecable con aspecto de recién adquirido, era sinónimo de transporte para turistas potentados.

-¡Oh!. Pero no pueden marcharse sin visitar Santa Luzía. Un panorama “maravelhoso”.

Y que nuestra moneda era muy superior a la de ellos. Que no íbamos a arrepentirnos de subir al Monte de Santa Luzía donde se ubicaba una basílica y un hotel en privilegiada ubicación, rodeado de jardines y resto del monte forestal.

Pensé que más que Urbano, debía ser un promotor turístico, ya que nos sedujo su entusiasmo al alabar a determinado hotel. ¿Y si resultara que cobraba comisión?.

Sin poner pegas, le hice caso, ya que no se trataba tampoco de comportarnos como míseros, en un viaje paliativo de nuestro antaño fallido de novios.

Santa Luzia desde el Hotel

Vista Hotel


Razón total del Urbano. Maravillados quedamos por la panorámica, por los jardines, por la paz y tranquilidad de una construcción rodeada de bosque, como un cuento de hadas.

Y algo asombroso. La explanada amplísima a los pies de la escalinata del hotel, apta como parking para gran cantidad de vehículos. Y solo habían dos. ¿Seremos los terceros huéspedes?. Algo de ello habría de cierto. Se trataba del último día festivo en Portugal. Los visitantes tomarían las de Villadiego, al revés que nosotros que aún disponíamos de seis días de asueto.

Sala estar

Disfrutamos, lo indecible de tal apacible lugar. Lo curioso es que cuarenta y siete años después, al rememorar esta Gira por la península, J.C., no supo dar detalle de sus vivencias. Aunque a sus seis años de edad, debía recordar como mínimo lo que le hubiera impactado.

Todo lo que nos contó fue que recordaba un viaje de muchos kilómetros. Cansado de coche. Y ni enterarse de los hoteles, a éxcepción de la llorera de Dani. Y lo de jugar a plena calle en La Línea de la Concepción. Y después de mucho exprimir sus recuerdos, estuvo de acuerdo que la huella indeleble, fue la travesía francesa. Ya entendí su motivo.

Muy contentos por haber hecho caso de aquel urbano, salimos hacia Valença, donde cruzamos el puente internacional, para entrar en Tuy.

Puente España-Portugal en Tuy


lunes, 11 de abril de 2011

Parejas perdurables (continuación 29)

Al ver una gasolinera, paré, pues ya circulaba con el depósito en reserva. Me alarmó ver que no disponía de pesetas en moneda, ni billetes pequeños. Todo cuanto tenía, eran unos noventa escudos y tres billetes verdes. Eran de mil pesetas, los de mayor valor emitidos llamados así por el color de su tintado. Podían equiparase a unos diez mil escudos.

El mozo del servicio, se excusó en atenderme, pues para lo que pudiera alcanzar el llenado del depósito, como seiscientos escudos, no podía darme cambio de nueve mil cuatrocientos.
Opté para que me pusiera solo lo correspondiente a mis noventa.

Siendo viernes por la tarde, pensé que a la mañana siguiente acudiría al Banco con un talón que me lo abonara en variada moneda portuguesa.
Mi intranquilidad crecía a medida que me acercaba al hotel. Mis billetes verdes, no servían para los gastos usuales en comercios. Esto ya lo constaté desde la entrada a Portugal. A los turistas españoles les admitían los billetes pequeños, incluso salían los comerciantes ganando con el cambio, pero para los billetes verdes, no querían exponerse, obedeciendo a la misma actitud que el mozo de la gasolinera.
Así que circulaba con la familia, por tierra extraña sin una moneda que pudiera atender imprevistos.

Quería partir de Lisboa a mediodía del sábado, solo que antes pasaría la revista militar en la Embajada Española. Me hacía ilusión tener un comprobante que acreditaba mi viaje al extranjero. Hasta los cuarenta años de edad, no disponíamos los españoles de la licencia definitiva del ejército. Pero se nos permitía que anualmente, nos personáramos cualquier día a nuestro albedrío en una Entidad administrativa Española. Y La Embajada resultaba idónea.

Embajada Española en Lisboa.


-Mientras desayunáis, Tere, llegaré a pié a la Embajada que está cerca. Ahora pagaré la factura del hotel.

Daba por descontado, que el hotel admitiría un talón bancario. Pues, no. Allí no admitían talones. Es más como favor al cliente, admitían billetes extranjeros, pero ni siquiera se ofrecían para cambio. Esto era cosa de los bancos. Y los bancos al caer esta semana festiva con un largo puente en Portugal, hasta el martes no abrirían.

Fue inútil explicarles que si les pagaba a ellos con los billetes verdes, no podría repostar gasolina, con lo cual se me inmovilizaba, hasta el martes.
Pero no solo eso, tres días perdidos, alteraban doblemente mi viaje. Por el tiempo de retraso y la permanencia de tres días sin dinero útil en el bolsillo. Imposible atender emergencia alguna.
Nada. La atención al cliente en aquél hotel brillaba por su ausencia. Me dio la sensación, de que temían que partiera sin pagar, por lo que me dejaron salir, al ver que Tere y mis hijos permanecían en el hotel.

Preocupado pensé en que en esta ocasión, el Consulado, o la Embajada, ayudarían a un Ciudadano Español. Sino ¿qué función le incumbe?.

Muy solitaria se veía la Embajada. No vi más que a dos funcionarios, uno de ellos leyendo el periódico y el otro, mirando como quien piensa.

Vaya, un papanatas viene a incordiar.

-¿Qué se le ofrece?

-Buenos días, mire que tengo un problema con el hotel, que no me admite talones para pago de la factura.

-Hombre, no tienen ninguna obligación a aceptar talones.

-De acuerdo, pero ¿cómo voy a pagarles si los bancos están cerrados hasta martes?.

-Págueles el martes.-

-Para esta solución, no me hacía falta llegar a la Embajada.


El del periódico se interesó y cambió su postura. Expuse el drama, no disponía de tantos días de permanencia en Lisboa y además mis billetes verdes no eran aceptados por la gasolinera y menos por los comercios para pagos de pequeñas cantidades.

Roto el hielo, con una actitud amable, me cambiaron con escudos un billete verde. A continuación se excusaron por la impresión que dieron de entrada. Estaban molestos con el Embajador, que les obligaba en estos días festivos, a acudir a la Embajada con la excusa, que representan a España y en España, no era festivo.

Luego les pedí lo de la revista militar y uno de ellos se sorprendió. Era la primera vez que alguien como yo pedía tal requisito. El otro sí conocía el trámite y simplemente exhibiendo mi DNI, anotó los datos a un listado, sacó un impreso, lo selló y todo resuelto.
Yo contento como un fan que acaba de recibir una dedicatoria de su ídolo, guardé a la cartera el papelito que lo luciría a las amistades cuando les contara mis batallitas.

Ya en el hotel, pedí la cuenta y entre los verdes y parte de los escudos disponibles, dejé el importe justo, sin propina alguna. No se la merecían.
Y me acordaría de ellos por su falta de delicadeza.

Lo que no imaginé fue que de ellos me tendría que acordar tan pronto.


Parejas perdurables (continuación 29 a )

La intranquilidad motivada por carencia de moneda útil con que hacer frente a eventualidades, disminuyó mi pretensión de prolongar la permanencia por suelo portugués. Después de repostar en la gasolinera Lisboeta, nos dirigimos directamente a Coimbra, sin desviarnos a Fátima.

Me habría gustado ver el desarrollo habido merced al peregrinaje durante los años que llevaban declaradas las apariciones de la Virgen, allí. Perdí la oportunidad, al igual que nos perdimos la del Palmar de Troya.

En Coímbra pues, hicimos una breve parada para comer. Para eso sí alcanzaba el dinero.


Coimbra, plaza do Comercio

http://www.youtube.com/watch?v=2x-F-cwo_y4
Balada de Coimbra

http://www.youtube.com/watch?v=LqB8R...eature=related
Coimbra- Amalia Rodrigues

Así, poco vimos de la Ciudad, preferí pernoctar en Oporto, para lo cual cuanto antes llegara, más tiempo tendríamos para recorrer sus monumentos.
Aquella Ciudad, me traía recuerdos de lo vivido por mis ancestros, también la anécdota de mi infancia y lo más reciente como lo del colega Serrano, casado merced a la intromisión de Tere y mía, al ponerlo en contacto epistolar con Beatriz, durante la mili en Alcalá.

Recuerdo cómo mi abuela paterna, narraba sus esponsales con un “Americano”. Se trataba de mi abuelo paterno, regresado de Caracas con sus progenitores. Una de tantas familias que por aquél tiempo habían cruzado el Atlántico en busca de fortuna.

Ni les fue bien ni mal. Su regreso a la Patria, fue tomado por los Catalanes, como que sí les fue muy bien y venían a disfrutar de la fortuna. Por ello, a todos los que regresaban se les apodaba “Los Americanos”.

En pocos años los componentes de esta familia de “Americanos”, iban incorporándose al trabajo de sus verdaderos oficios, con lo cual quedaba de manifiesto que, o la fortuna se esfumó, o poco cuantiosa debió ser.

Dijo mi abuela, que en aquél tiempo, para ahorrar en el pasaje, se embarcaban muchos emigrantes en barcos mercantes. Ellos lo hicieron, pasando las consecuentes penalidades del trayecto, a bordo de un barco sin camarotes. A cubierta, estuvieron aguantando las inclemencias del tiempo durante un mes.
Al fin desembarcaron en Porto, o como llamamos aquí, en Oporto. Era el destino comercial más importante.

De mi infancia, recuerdo que con cuatro años de edad, fui testigo de una conversación entre mi abuela y su vecino acompañado siempre por la criada.

-Ia,ia, qué mal parla el señor. (Abuela, que mal habla el Señor)-Le dije al estar solos.

Para mí, mezclaba Castellano y Catalán, pero incluso algunas palabras las pronunciaba raro.

-No Carlos, es que es de Oporto, es un Portugués. Allí todos hablan así
.

Por lo visto acompañó a la familia desde su llegada allí, hasta la Ciudad natal de mi abuelo a la que regresó. Una especie de simbiosis. Los de allí vienen aquí cuando los de aquí, van para allá.

Y recordé a Serrano, del que perdí la pista desde su traslado una vez casado, a Oporto.
Tuvo una oferta tentadora, como técnico en una fábrica textil. Dijo que si su estancia no salía muy satisfactoria, volvería a Barcelona, donde también tenía ofertas. No supe más de él, lo que he de creer que le satisfizo. Y a lo mejor aún vivía en Oporto.
Total que llegamos a una Ciudad, que sin conocerla evocaba recuerdos.


Oporto

Antes de registrarme en el hotel, pregunté si admitirían talones bancarios. Una de cal y otra de arena. Ellos sí los admitían pero tenía que presentarles el pasaporte y el DNI. Lo más normal y solucionado el problema a no ser por…..No tenía el pasaporte. Se lo quedaron en el hotel de Lisboa. ¡ Aggggg….!



viernes, 8 de abril de 2011


Parejas perdurables (continuación 28)

Se oían unos gritos estridentes breves. Con cierta frecuencia, se repetían. Estábamos comiendo en el restaurante a pie de carretera de Rosal de la frontera, a punto de entrar a Portugal.

-Debe ser un niño.- Dijo Tere.

-Pero será anormal.

El dueño del establecimiento, viendo que íbamos acompañados de dos niños, se acercó interesado. Parecía feliz de dar a conocer que era padre de una preciosidad de infante, que requería el afecto de los mayores con aquellos chillidos.

Me sentí incómodo al darle conversación, ya que me estaba formando una idea de la preciosidad.

Insistió en presentárnoslo, pero como se hallaba en una cuna en la trastienda, pidió que le viéramos allí. Su insistencia, la resolví, ofreciendo a Tere que le acompañara, mientras yo me quedaba para atender a J.C. y a Dani.

Al rato regresaron, con gran contento por parte del mesonero y sonrisa complaciente de Tere.

En ruta de nuevo, Tere contó el espectáculo. Venía a ser un niño con síndrome de Down con el agravante que no se le sostenía la cabeza. Le pronosticaron que el grado de afección no le permitiría tener el don de la palabra. Requería mucha atención por parte de sus padres para conseguirle una vida feliz. Necesitaba constantes caricias de todos.

-Hiciste bien al quedarte con los niños, Carlos. Tuve que realizar un esfuerzo para no mostrar mi aflicción. Le acaricié y al instante me devolvió una sonrisa. Pero teniendo en mis manos a una cabeza voluminosa, que no se sostenía sin apoyo de algo, o alguien y babeando, temí no contenerme y derramar lágrimas de tristeza.

-Pues mira que yo, con lo sensiblero que soy, me habría derrumbado. Y no hablemos de que lo vieran los niños.

Un día, treinta años después, nuestro primogénito J.C., consumado doctor en medicina, nos contó la extremada suerte que tuvimos al procrear siete hijos, sin ninguno padecer graves trastornos genéticos.

Cuando nos explicó los motivos y las estadísticas conocidas, tomamos conciencia de cuanta razón tenían sus palabras, por lo cual, dimos de corazón las gracias a Dios por habernos librado de la estadística.

Como se nos hacía tarde, pasamos la frontera, que si no hubiera sido por un pequeño indicador con el título PORTUGAL, ni nos hubiéramos enterado del cambio de País. Aquí distinto que Andorra, no había ni vallas, ni Aduanas, ni Verjas como en Gibraltar, ni… era carretera libre.

Nos saltamos Beja y Setúbal. Queríamos llegar cuanto antes a Lisboa.

Cuando casi olíamos la Citade maravellosa, unos guardianes nos invitaron a abonar veinte escudos (como si fueran un euro y medio de los actuales) como peaje del Ponte Salazar.


Vista desde Lisboa, del Ponte Salazar y el Cristo Rey, al otro lado del Tajo.

Nuestro itinerario realizado por la Red Viaria general, por fin acababa en el ansiado destino.

Nos sorprendió que vetaran el paso. De haber aviso en Setúbal de tal impedimento, hubiéramos tomado la ruta de Vila Franca de Xira, pero una vez en la boca del puente, era una broma dar una vuelta de ciento cincuenta kilómetros. La gasolina ya habría costado lo que pedían.

Resignados, aceptamos la explicación de que era una mejora realizada por el Presidente Salazar necesaria para conectar Lisboa con la parte industrial portuguesa y que deberían pagar los viajeros a través de veinte años. (Posteriormente, se llamó al puente 25 Abril, se ampliaron carriles y quedó el peaje no para veinte años, sino por tiempo indefinido).

Hago constar, que consultado por Google lo referente a este puente, me causó desazón. En todas las entradas consultadas y han sido muchas, se indica que se iniciaron las obras del puente en 1962 y en Agosto de 1966 se inauguró.

Como la cantidad de información histórica consultada, no tiene contradicción, tanto Tere, como yo mismo, debemos ser víctimas del túnel del tiempo.

Podemos asegurar ambos, que el año que cruzamos este puente, lo hicimos con J.C. y Dani, con sus casi dos años de edad. Y esto era el año 1964 que lo confirman las partidas de nacimiento.

Por lo visto, transcurrimos por un puente fantasmagórico, ya que si no estaba terminado, ¿cómo llegamos sanos y salvos a Lisboa, sin percance?. Y buenos que fueron los 20 escudos entregados al guarda, aunque bien es verdad, no nos dieron comprobante. Ello hace que no sé si creer a Google, o a los recuerdos de Tere y míos. Y esto es preocupante por nuestra salud.


Recuerda Tere:

Estaba leyendo todo lo que AVICARLOS expone en este viaje, y me decía a mí misma que no tenía nada en mente para poder explicar. Pero he llegado a la conclusión que debía comentar algo… es de sabios rectificar. (eso dicen)

No es que haya olvidado el impacto que me causó ver a aquella niña, que tenía que permanecer atada porque de lo contrario, se caía, y según me explicó el padre, ya había ocurrido una vez, y dio de bruces en las brasas de la chimenea.

Recuerdo la pena que sentí, sobre todo cuando ella mi miró con una gran sonrisa, agradeciendo mis caricias. Tenía unos ojos verdes preciosos, nunca más he visto semejante belleza en una mirada, igual que su sonrisa era la cosa más dulce Ante aquel espectáculo, la verdad es que me sentí impotente ante tanta pena como sentí. Y no lograba entender que los padres no estuvieran afectados, que hablaran de ella como si en realidad no sufriera ninguna enfermedad. En fin que lo hubieran aceptado con una absoluta normalidad.

Al salir y reunirme con mi marido y mis hijos, recuerdo que tuve que hacer grandes esfuerzos, para no abrazarlos, como si con este gesto les pudiera proteger de todos los males.

Me duró mucho tiempo aquella sensación de tristeza. (Es una suerte que el cerebro, nos ayude a esconder de alguna manera esas escenas que nos dañarían muchísimo, si las tuviéramos siempre presentes.)

Durante lo que nos faltaba para terminar el viaje, no había día que no recordara con nostalgia a mis hijos pequeños que se habían quedado en casa de mis padres. Pero a partir de este momento se intensificaron mis pensamientos.

Es curioso como los acontecimientos de la vida nos conducen por caminos que ignorábamos. Cuando quedaba embarazada, lo primero que pensaba, y verdaderamente me aterraba, era que cuantos más hijos tuviera, más posibilidades existían de tener que vivir algún percance grave. No pensaba en enfermedades. Yo iba más allá. Pensaba en la muerte. Ya sé que suena muy macabro.

Odio las matemáticas, no me gustan, no las entiendo, pero esto si lo entendía, era como una lotería, cuantos más números tuviera, más posibilidades.

Yo que siempre he dicho que la muerte es como un cambio, que es vivir en otro estado, en cuanto he intentado aplicarlo a los hijos, no puedo asimilarlo. Todas mis teorías y mis convicciones no me sirven como etiqueta para los hijos.

Este relato suena muy triste, lo siento pero es que al poner AVICARLOS, lo ocurrido justo antes de entrar en Portugal, han venido a mi memoria todos los pensamientos de entonces. Lo pasé verdaderamente mal.

Suerte que mi cerebro, lo volverá a colocar en su sitio. O sea, no olvidado, pero tampoco será una obsesión, como lo fueron los primeros días desde la visita.

Prometo que el próximo escrito será mucho más divertido, ya que subiré la segunda parte de UN DIA CUALQUIERA.

Parejas perdurables (continuación 28 b)

http://www.youtube.com/watch?v=v6P68...eature=related
Lisboa Antigua

-Ya esta bien Dani. Compórtate. Estás dando un espectáculo. Esto es un comedor y no estamos solos. ¿No te da vergüenza llorar ante tanta gente?.

El pequeño Dani, que se había comportado durante el transcurso de la semana de viaje, de repente sin motivo aparente, se puso a berrear en el instante en que se le pidió que cogiera bien la cuchara para tomar la sopa.
Pero mi amonestación, surtió el efecto contrario al pretendido. De lloro sonoro, pasó a berrinche histérico. Su madre intentó apaciguarlo. Nada. Seguía bramando.
Viendo como el comedor en pleno estaba contemplándonos, avergonzado, cogí de la mano a mi hijo y me lo llevé a la habitación del hotel.

-Tere, vosotros comed no se enfríe la sopa. Volveremos cuando se haya calmado.

En la habitación, siguió berreando. Si intentaba acariciarle, pataleaba.

-Tu mismo, cuando te calmes volveremos a comer.

-¡ No!….¡ no!…Buaaaaa ..¡no!…..

-Pero, NO ¿Qué?.

-No… Buaaa……..


No había manera. Le hice ver que allí no había nadie y que podía llorar cuanto quisiera. Que lo que hacía, no tenía sentido. Ni eso le convenció, siguió con su sinfonía, hasta que por lo visto cansado del esfuerzo, fue callando. Se sentó en la cama, lógicamente agotado.

Llegaron Tere y J.C. indicando que podíamos ir tranquilos al comedor, ya no había nadie. Desistimos de ello tanto yo como Dani, pues ambos nos hallábamos alterados. Ya no apetecía ir a comer.
Intrigados por el motivo de la serenata, preguntamos.

-Bueno niño, ya que estás calmado al fin, ¿puedes decir porqué llorabas?.

Tardó en levantar su mirada del suelo, para con cara compungida soltar:

-No lo sé…….

Una frase de Tere: “Para matarlo, vamos.

Esta rareza, Dani hasta que no cumplió los cinco años, nos la mostró al menos seis veces más. Siempre, de improviso, se detenía en lo que estuviera haciendo, ponía cara enfurruñada y soltaba sus repetidos NO con rabia, y a llorar. Pasado el berrinche, no se acordaba de lo que le inició. A punto estuvimos de consultar al médico por este raro comportamiento. Cuando lo decidimos ya fue tarde, jamás volvió a llorar. Nos quedamos todos incluso al día de hoy sin conocer motivos. Él mismo se sorprende de lo que contamos. Vagamente recuerda que algunas veces lloraba, sin saber porqué.

Para olvidar el incidente, paseamos por Cascais. Vimos las lindas construcciones con vivos colores resaltando de las que lo eran de un blanco nítido. A los niños les encantó el lugar de los pescadores con sus barcas, apartado de la playa extensa destinada al turismo.


Cascais

Una torre de Estoril fue la residencia de Don Juan de Borbón y familia Real de España en el exilio hasta la muerte de Franco. Don Juan por motivos políticos, renunció al trono a favor de su hijo Juan Carlos, ya que no podía abdicar la corona, sin haberla ostentado.
Franco tenía dispuesto que a su muerte, le sucediera Juan Carlos para gobernar España, desligándose de la sucesión dinástica a partir de Alfonso XIII.


Estoril- Praia do Tamariz.

Recorrimos Estoril y regresamos al hotel de Lisboa. Esta vez sin más incidentes, cenamos y nos acostamos .

. Los problemas seguirían el sábado.


martes, 5 de abril de 2011

Parejas perdurables (continuación 27)

Parejas perdurables (continuación 27)

Tuve el placer de conocer a Víctor, el hijo de Matilde. Mientras hablaba distendidamente con él, Tere fue a la cocina con Matilde ya que nos obligó a quedarnos a comer. Y recordamos, lo buena cocinera que era.

En tanto, los niños entusiasmados por poder jugar con los sobrinos de Matilde en plena calle, con un simple aro.
Me recordó mi infancia. En los pueblos, lo normal era dejar corretear a los niños a sus anchas.
La multitud de juegos que practicábamos venía por rachas, como si de una moda se tratase. Desde el Diávolo, a la carrera de aviones (Correr con los brazos extendidos simulando las alas del avión), saltar a la pata coja, a las canicas, a las peonzas, a las colecciones de estampitas de futbolistas, a…..un sin fin de juegos a cual más inocente (excepto las citas de pandillas de niños de otro barrio, simulando guerra, pero apedradas reales) y por descontado correr con el aro.

Así Víctor contó que se hallaba liado con una novia de Rota, con la cual pretendía casarse. No solo eso. Pasaría a vivir con ella en su hogar paterno, ya que tenían un establecimiento hotelero de bastante éxito.
Su conocimiento del inglés por la práctica en el Peñón, con los turistas, le hacía idóneo para seguir en el negocio de sus futuros suegros, como Maître, publi-relations.

Muchos años después, a principios del 2011, me acordé de él por el programa que el Gran Wyoming, ofrecía por la tele. El cocinero de Rota, Santamaría, hacía desternillar con sus errores (a posta) en la presentación de sus platos típicos. No sería el restorán al que se referiría Víctor, pero la asociación de ideas con la localidad, era obligada.

-¿Así que abandonarás La Línea de la Concepción?. –Le pregunté.

-No tengo otra salida. Los disturbios del pueblo, con los gibraltareños, presagian un final desastroso. Prácticamente, los ocho mil trabajadores que diariamente cruzamos la verja para trabajar en el Peñón, somos la totalidad de los habitantes en edad laboral.
No es la primera vez que debido a la intervención de la ONU, se agudizan los enfrentamientos políticos entre España y Gran Bretaña. El método coercitivo de la policía española con sus cierres temporales de la Verja, no trae más que problemas. Y puede que se perjudique más a los gibraltareños que a los Españoles, pero no que a los habitantes de La Línea.
Nosotros dependemos al cien por cien del trabajo que allí ostentamos. Son veintisiete mil habitantes autóctonos que viven como señoritos, en tanto que nosotros les realizamos todas las labores. En La Línea no hay industria de ninguna clase. Si se cierra durante más de un año la Verja, el pueblo morirá por inanición.


No erró en su pronóstico Víctor. Entre los años 1963 y 1969, hubieron varios cierres y restricciones de paso a los nativos, hasta que de resultas del mal entendimiento con la ONU, España, cerró definitivamente el paso que no se reabrió hasta 1983.

El estatus de los autóctonos y sus descendientes, procuraban defenderlo a capa y espada. Resultaba un chollo para ellos. Se había convertido Gibraltar en un paraíso fiscal y el tráfico de drogas era evidente.

Recordé pues este cierre, similar al que viví de Andorra. Allí un País pequeño, era autónomo por derecho. Aquí una simple ciudad, colonia Inglesa, se autoproclamaba autónoma sin ningún derecho. El litigio, sigue en vigor hoy día.

http://es.wikipedia.org/wiki/Gibraltar
Historial de Gibraltar

Por la tarde en dirección a Sevilla, recorrimos unos veinticinco kilómetros en los que se divisaban pancartas del Cortijo Perez. Según me documenté, era una hacienda agropecuaria de seis mil hectáreas. Y esto solo era la punta del Iceberg que señalaba la cantidad de latifundios existentes por las provincias andaluzas.
Buscando carreteras poco transitadas nos desviamos, hasta Utrera. Un rótulo señalaba El Palmar de Troya. Inmediatamente pensé en las noticias dadas las apariciones de la Virgen, al estilo de Bernadette, las de Fátima, Loreto y tantas vírgenes peregrinas por los lugares más recónditos.

Insinué que sería bonito ver el lugar de las apariciones, pero estuvimos de acuerdo que era tarde y además nosotros no podríamos ser testigos de apariciones que solo veían los creyentes y limpios de espíritu.

Años más tarde la prensa y la televisión, fueron dando reseñas de los milagros que se sucedían por El Palmar de Troya. Y cómo un visionario, llegó a ser un Papa escindido de Roma. Se autocoronó con el título de Papa Clemente.
El lugar campestre, unos años después, merced a la proliferación de “milagros”, fue el asiento de una costosa Basílica.

http://www.ctv.es/USERS/ags/00014-pt.htm
El Papa Clemente.

Aquella noche pernoctamos en un hotel de Sevilla que nos quitó el mal sabor de la malhallada Venta.

http://www.youtube.com/watch?v=Xcd2wX0IBZI
Dos cruces


Video documental de Sevilla, que da mejor idea de la que pudiera exponer yo, por los recorridos realizados a la mañana siguiente, viendo los principales monumentos como La Giralda, La Torre del Oro, el Barrio de Triana etc.
Parejas perdurables (continuación 27 a)

Tere me convenció que no era lo mas entretenido ir a ver un Hospital. Le propuse antes de seguir periplo para Portugal, dar un vistazo al Hospital Militar de Sevilla.
Recordaba como mi padre narraba orgulloso el haber conocido a las Infantas de España, al haber visitado éstas, a los soldados convalecientes por las enfermedades infecciosas adquiridas en Monte Arruit, después del desastre de Annual.
Fue uno del par de centenares que acudió al África para recoger 7000 cadáveres de soldados Españoles caídos bajo las tropas de Ab-del- Krim. Cabecilla de los insurrectos habitantes de las Cábilas en la zona del Protectorado.

Contaba como recorrían el desierto cargados con los pertrechos propios del equipo del soldado, pero que él, como barbero de oficio que era, cargaba con el plus de los útiles de su propiedad.
El macuto normalmente repleto excedía de veinte kilos de peso, más el fusil , el machete, la cantimplora. Además él debía agarrar los útiles como bulto supletorio de otros diez.
Después de requerir a los compañeros para turnarse en el acarreo de material barberil, sin obtener voluntarios, les advirtió que en tal caso, barbudos serían todos.

Arrojó en plena marcha, por las arenas desérticas el paquete con todos los utensilios: tijeras, maquinillas de apuro, navajas, recipientes de lavado, bolsas de jabón pasta, brochas, palangana, inclusive pinzas extractoras de muelas.
Ni se inmutaron, hasta pasados un par de días.

La arena se les pegaba a las barbas. Producía escozor. Además el olor a podredumbre que recibían constantemente al recoger con palas los cadáveres y apilarlos a las camionetas de recogida, obligaba a taparse boca y nariz con un pañuelo.
El calor, el pañuelo que no permitía ventilación y el escozor por las barbas con mugre acumulada, les resultó un martirio.
Para agravar la situación, andando kilómetros en la búsqueda de zonas sembradas con cadáveres, las nubes de moscas aparecían indefectiblemente al encender fogata para cocinar.
Era un misterio. Durante las marchas diarias, el aire no albergaba más seres vivientes que ellos en su caminata, pero al parar para el rancho, moscas y mosquitos por arte de magia surgían de la nada.

Las aguas contaminadas, iniciaron una epidemia. No había día sin que tuvieran que llevar a uno, o más a la enfermería. El hospital mas cercano era Melilla, pero una vez éste colapsado, tuvieron que embarcar a la mayoría hasta el de Sevilla.

Haciendo honor a su cargo, S.M. El Rey Alfonso XIII, envió como embajadoras de su persona a las Infantas Beatriz y María Cristina, que agasajaron a los recién llegados del Continente Africano, deseándoles pronta recuperación y agradeciendo su servicio a la Patria.
Mi padre esta vicisitud y la de haber estado a las órdenes del entonces comandante Franco, (futuro Generalísimo) lo solía alardear ante los contertulios.

-Al fin y al cabo, Carlos, ni siquiera sabes si el Hospital actual es el mismo de antaño. Y si lo fuera, a ti, ¿qué te va a recordar?. Tú, no eres tu padre.

Razón aplastante. Y los niños menos aún, disfrutarían viendo un edificio con camas para enfermos.

Así pues de nuevo en carretera, pensando en entrar directamente a Portugal, un indicador anunciando cerca de Aracena, “La Gruta de las Marvillas”, cambié de parecer y allí nos dirigimos.




Nos gustó ver esta Gruta de las Maravillas, con distintas salas, iluminadas todas por el Ingeniero precursor de la Luminotécnia, Carlos Buhigas.
Los efectos son espectaculares y fue aquí donde me enteré que a pesar de tenerlo como coetáneo (pero mucho mayor que yo) en Barcelona, se trataba de un personaje Internacional.
En Barcelona, artífice de las fuentes de Montjuich, que al menos una vez al año se les adapta la luz con el sonido, lo ven miles de espectadores en vivo y directo y millones por televisión.
Los chorros de agua, toman variadas formas, bailando al son de la música preparada para treinta minutos, mientras las luces dan relevancia con el cambio de colores.
Resulta que no solo realizó instalaciones por España, sino que se le conoce por Europa y creo que también por la América Latina.


La inauguración de La Gruta, por el Rey Alfonso XIII
La iluminación de la misma se realizó posteriormente a efectos de atraer turismo.

Bastante nos entretuvimos por lo que antes de entrar al país Lusitano, preferimos detenernos a comer en Rosal de la Frontera.

Tampoco es gozoso el recuerdo que guardo aún, lamentablemente.