COLONIZACION
DE RENOVA parte
IIIª
Cap 37
Astrid,
admiradora de Axel, desde sus días de estudiante en la Academia, recordaba el
día que Chien-Zu confió sus temores sobre los asteroides.
-Axel, cualquiera en tu lugar se habría venido
abajo. Una labor refrendada por La Isla en pleno, merced a tus sabios
argumentos, se descubría como tomada a la ligera. Y Chien-Zu tampoco quedaba
bien parado, cuando no advirtió a tiempo la órbita de los asteroides.- Astrid,
no reprendía, sino que quería realzar los méritos de ambos.
El equipo de
astrónomos advirtió que si un asteroide fue captado por la gravitación de la
Isla, esto pudiera repetirse. En principio no los localizaron ya que la órbita
que seguían era una elipse muy alargada. Cuando descubrieron al enjambre
calcularon, su llegada y posible encontronazo con su observatorio en poco más
de año y medio.
Axel
conocedor de la historia de los diversos objetos cósmicos, lo equiparó a los
llamados asteroides del cinturón de Kuiper. Y el tamaño variable, entraba en el
margen tolerable del que era el utilizado como torre de control y observatorio.
Recordó que en
los orígenes del Periplo Cósmico, los Terrícolas, para realizar excursiones
breves espaciales, usaron unas mininaves llamadas smoli.
Sus pequeñas dimensiones
y fácil construcción, le permitirían viajar y captar asteroides mezclándose entre
ellos a su misma velocidad.
Los de
tamaños semejantes a los de los smoli, se pescarían con ventosas y conducirían
a la Isla. Su material, sería el nuevo suministro, al cesar en la extracción de
material del asteroide Observatorio.
La construcción de naves en todas las
ciudades, requería materia prima considerable y con esta solución, el cinturón
kuiperoide era una cantera inagotable.
Y el
observatorio, se trasladaría a nueva órbita, alejada de la órbita de posible
intercepción.
La función de
los pilotos de smoli, sería semejante a la de los surferos captando una ola, en
este caso captando un asteroide.
Se desestimarían
los de dimensiones mayores, por su excesiva masa inercial. Y el observatorio, sería
arrastrado por tres naves usuales, cuya potencia era más que suficiente.
Estudiado
este nuevo proyecto, indicando las contingencias previstas y controladas, se
dio a conocer a la ciudadanía con el beneplácito de todos los estamentos.
Todo eran
beneficios. Se abarataba la consecución de materia prima y se aceleraba la
construcción de naves con capacidades hasta de tres mil pasajeros.
Y la
construcción de los smoli, se comercializaría para usos privados. Su autonomía,
permitía recorridos de varias vueltas por Renova, o Virgo, aunque no para salir
y volver de La Isla. Debían pues suministrarse a través de depósitos a consignatarios planetarios.
Todo salió a
la perfección, hasta que justo puesta en marcha la solución de la afrenta de los
asteroides, los controles de la gravitación de La Isla, se volvieron locos.
El
automatismo de la velocidad e inclinación de la Isla, oscilaba con
intermitencias breves. Se interpretó como influencia del campo gravitatorio de
ALFA.
Esto causó
estupor a los astrónomos y también a Axel. Lo tenían todo previsto a excepción
que las órbitas de Virgo y Renova, a la que seguía la externa de La Isla,
alteraran la gravitación total entre su perihelio y su afelio.
Por más que
discurrieron cómo reaccionar para equilibrar la gravedad Isleña, no pudieron
ocultar el suceso de dominio público. Los isleños notaban como pequeños
temblores y los controladores de los ordenadores de todas las Ciudades, supieron
casi de inmediato el motivo.
Axel con
todos los datos a su merced, estudió durante días los caminos a seguir, antes
no los comunicara públicamente.
No tenía
escapatoria. Su prestigio de sabio superdotado, peligraba, pero una vez más
salió adelante con propuestas que tuvieron que exponerse y votarse su aprobación
durante meses.
Mientras no
se llegaba a la determinación elegida, tuvo que alejar lo suficiente la órbita isleña con lo que cesaban las oscilaciones, pero este alejamiento perjudicaba a las
líneas comerciales con los Planetas.
Salomónica
fue la propuesta de Axel a los isleños.
