domingo, 21 de noviembre de 2010



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SAGA DEL FOTON

El viento Solar, alejaba a B2, de la órbita Terrestre. Atravesó sin impedimento la de Marte. No tuvo oportunidad de posarse sobre ningún asteroide, a pesar de ser numerosísimos que orbitaban en amplio espacio entre Marte y Júpiter.

Fue el último planeta, el que con su colosal gravitación, atrajo al fotón de B2, obligándole a circundarlo una y otra vez, hasta ser atrapado por el campo magnético polar.

Mucho más fuerte que el ya sentido por el terrestre, resultaba un verdadero imán para las partículas enviadas por el viento Solar.

Aurora Joviana

Allí permaneció B2 hasta que confabulados más fotones con el suyo, consiguieron salir centrifugados.

No llegaron muy lejos, pues la fuerte gravitación les sumergió a la atmósfera Joviana.

Jupiter y atmósfera

Entre constantes tormentas, la atmósfera compuesta principalmente por hidrógeno y helio, evolucionaba a distintos niveles. Su densidad, hacía difícil observar una superficie sólida.

Para ello, B2, optó por pasar de su fotón, a una molécula sulfurosa de las escasas circulantes en los torbellinos de protones. Su mayor densidad, le permitió descender hasta una superficie sólida homogénea.

La estructura de Júpiter no se correspondía con las características usuales de los Planetas.

Ni por su tamaño, ni por la prácticamente ausente variedad de materiales.

Interior de Júpiter

El núcleo de dimensiones colosales, varias veces el tamaño de la Tierra, lo formaba el Hierro sólido.

Todo daba a entender que este objeto gigante, debía ser el resto de una estrella que por sus escasas dimensiones iniciales, en su colapso mediante explosiones y emisión de material a su entorno, no pudo convertirse en estrella marrón.

Se comprende por su núcleo de hierro y su espín, la creación de la Aurora en su polo. Y que fuera de intensidad superior a la de las Auroras Boreales terrestres.

También que se le hubiera agotado el hidrógeno de origen, imposibilitando más reacciones para crear helio.

Y que los elementos pesados, se hubieran esparcido siendo atrapados por el campo Solar.

Además al tener una edad similar a la del Sol (4.500 millones años), permite suponer que antaño, fuera una estrella compañera del Sol. En su lucha por el dominio de campo, venció la mayor, a costa de absorber materiales de la menor.

Con todo, el Sol, no pudo desligar a los satélites Io, Europa, Ganímedes y Calixto, de su órbita, así como de nueve más de pequeñas dimensiones.

Satisfecha la curiosodad, B2, aprovechó para apearse del átomo sulfurosos y cabalgar con uno de los los fotones que todavía se desprendían de la fenecida estrella.

Estos fotones provocaban los torbellinos y huracanes de la atmósfera joviana. De nuevo, alcanzada su máxima altura, aguardó la llegada de fotones mayores, con los cuales salir de la atmósfera, escapando de su gravitación hacia nuevos Espacios.

Pero eso sí, recorriéndolo velozmente, no permaneciendo estático como cuando conoció a su añorado amigo B1.

No le fue difícil practicar otro autoestop con fotones enérgicos, ya que Júpiter, desprende más calor del que le envía el Sol con su viento.

Luego B2, con sus nuevos acompañantes se dispuso a seguir viaje hacia la Nube de Oort.

Mientras no podía imaginar que su compañero B1, se hallara aún en Tierra, formando parte de un Humano.