lunes, 21 de enero de 2013

COLONIZACIÓN DE RENOVA parte IIIª


COLONIZACION DE RENOVA parte IIIª

Cap 41

Caduf, como sucesor de Plank, el brujo de la Caverna que dominaba con anterioridad  Gurran, en principio temía que Gurri albergara intenciones de arrebatarle el rango adquirido tras el óbito de Plank.

Conocidos los visitantes del cielo y realizado el viaje a Virgo, le quedó clara la amistad de Gurri.

La vida en Renova una vez organizados los distintos jefes tribales en pueblos, discurrió con asiduos contactos. Aquellos caminos que les unían, permitieron la transformación de meras tribus salvajes, en núcleos urbanos, privando en ellos la industria y el comercio.

Su mente que no desperdiciaba ninguna de las enseñanzas de Chamán recibidas de Plank, abandonó definitivamente la creencia de que aquellos seres del cielo, fueran dioses. No estaba dispuesto al principio a creer a Gurri cuando le repetía una y otra vez que eran semejantes pero con muchos conocimientos de la Naturaleza y nada más.

Una vez tomada su confianza, pidió instrucción para seguir disponiendo de ascendencia ante sus súbditos.

Supo que la biología y psicología venía en el fondo a ser la misma de todos y por tanto susceptibles de mestizaje.
Tampoco al principio podía imaginar esta cuestión puesto que su fisonomía era tan dispar de la de Axel y Sixta. Pero permutó también este parecer al observar la cantidad de etnias que componían la raza humana en La Isla. Y que incluso entre ellas había mestizajes.

La constatación irrefutable, fue cuando diez años después de contactos con turistas y en especial con Sixta que se convirtió en autentica Renovana, conoció la manera inimaginable de reproducción. Existía en la Isla un banco que servía gérmenes de futuros seres humanos a la carta.

Viendo como Sixta optó por tal método y el resultado del apuesto niño, Nen que ahora le acompañaba,  no cejó en requerir en cuantas ocasiones se le presentaban un hijo para él y la más joven de sus mujeres.

Sixta le confesó que no tenía tal potestad, ya que agotó posibilidades para ella misma. La concesión de hijos estaba controlada para los Isleños y aún así debían responder a ciertos requerimientos. No estaba comprendida la entrega a humanos de otros mundos. Pero las leyes se podían modificar a petición de personas Síndicas como era Axel.

Al presentarse al pabellón de la Dirección de EDÉN, Caduf, acompañado de Nen, vieron como caía al suelo Astrid.
Los allí presentes, estaban paralizados. Caduf, se dio cuenta como algo para él tan simple resultaba misterioso para quienes eran sus maestros.

Rápido, puso bajo los pies de Astrid un cojín, le extendió los brazos en cruz y acurrucándose puso sus manos sobre el vientre de Astrid, presionándola rítmicamente, mientras acercaba su boca al oído, canturreando unas incomprensibles palabras con tonos alternativos agudos y bajos.

En pocos segundos, Astrid abrió sus ojos, le subió el color a su faz y respiró alterada. Aparte de Chamán, Caduf poseía dotes de enfermero.

La sentaron para que se repusiera, pero pidió descansar en la Suite. Axel sin comentar nada, la acompañó, quedando Sixta con su hijo, con Caduf, Chicha y Chian-Zu.
La situación era electrizante, sin embargo Sixta, con una insospechada naturalidad, se dirigió a Caduf.

-Gracias por tu ayuda Caduf. Seguro que el viaje no sentó bien a Astrid. Como se nota que tú pasaste por trance similar al viajar a Virgo por primera vez.

Chian-Zu, mas sorprendido aún por el desparpajo de Sixta. Era obvio que el patatús de Astrid no se debía al viaje desde La Isla.
Chicha, sin saber cómo enfocar el desvío de atención hacia Astrid, se dirijió a Nen.

-Nos encanta conocerte Nen. Más aún por ser hermano de Axel.

-¿Cómo?.- Axel no llegó a tiempo para oír por boca de su madre, tal parentesco.

-Sí hijo. Eres hermano de Axel. No te lo mencioné por carecer de oportunidad. Y ahora que podéis conoceros, surgió esta esperada oportunidad.

Caduf, tampoco lo mencionó nunca a Nen, a pesar de saberlo desde su nacimiento.

Caduf, era el suministrador único de todo lo que se vendía en el bazar del Hotel. Expresamente destinado a los turistas isleños, al menos una vez al mes traía un camión desde Plankved cargado con todos los productos destinados a suvenir.

Los sucesores de Igg, y Breu, destacaron en la confección de bellos pergaminos ilustrados con pinturas de escenas salvajes.
Los habitantes de Mamutved, surtían a Caduf de collares y figuras de marfil, trabajadas con sumo esmero.
En Torrved, surgieron artesanos que implantaron la moda de faldas cortas de piel prendidas por la cintura con cinturones magnéticos. Hacían juego con unos mocasines de la misma piel y unas perneras tipo leguis atadas con cordones de tripa de cordero, o con tiras de cuero y hebillas.

 Los clásicos leguis.


Y los vecinos de Gurrived, diseñaron unos gorros- bufanda de lana que se podían asemejar a los pasamontañas.
El complemento a esta indumentaria comprendía un chaleco asimismo de piel abierto, sin botones y a veces se le unía una pechera de seda con colores ocres, añil, o blancas cuya tela fabricaban en Cisved.



Otro atractivo eran las distintas lanzas, puñales, cuchillos, anzuelos, todo para evocar los tiempos de antes de la colonización.

Y para degustar fabricaron galletas de caracoles, como réplica y para dar contraste a la cantidad de alimentos isleños de todo tipo de sabores confeccionados artificialmente con harinas de laboratorio.

El tándem comercial Sixta-Caduf, dio espléndido resultado y fue motivo de las confesiones de Sixta ante quien en principio no era más que un brujo de salvajes.

Al regresar al Pabellón, Alex cariacontecido, expresó su deseo de hablar a solas con Sixta, pero ni Nen, ni Caduf, se disponían a concederle tal deseo.
Ambos interlocutores se cambiaban preguntas, demandas, solicitudes, sin entenderse.

Sixta con su demostrado aplomo.

-Bien ¿Porqué no habláis por turnos?. Disponemos de todo el día para que os conozcais y pactad luego los acuerdos que os convengan.


Saludos de Avicarlos.