viernes, 4 de noviembre de 2011


Parejas perdurables  (continuación  70 )

Solo faltaba que el inquilino de nuestro anterior hogar, dejara de pagar el alquiler. Se lo reclamé a los tres meses oficialmente, dado que eludía reiteradamente el pago, bajo falsas promesas. Pero la resolución judicial llegó al cabo de otros seis meses. Además, con el simple pago de atrasos, evitó el desahucio, que era lo deseable para poder venderlo libre de cargas e inquilinos.

Tuve mala suerte con él. Y necesitaba vender para cumplir con los últimos requisitos de Santa María. Tampoco podía hallar comprador por el edificio de San Juan de Malta, por estar con inquilinos, a los que sumé el piso cedido provisionalmente a Carrión.

-Tere, mientras no cobremos la venta del Chalet Niu-Blau, tendremos que restringir más aún los gastos.

-¿Tan mal ves la situación?-

-Peor. Con el gravamen de Nova por el alcantarillado, los clientes de antigüedad superior al quinquenio, se alborotaron. Envié a Ramón a una reunión con ellos para explicarles que en definitiva aquél impuesto, al que nada tenía que ver cuando se les vendió el terreno, lo que ahora hacía era dignificar su propiedad. Se revalorizaba muy por encima del coste del alcantarillado.

-Y ¿cómo se lo tomaron?.

-Pues, lo que era de esperar. Los que verdaderamente hicieron un esfuerzo, en su día por ser propietarios, ponen en venta los solares.
Si no les alcanzaba sin gastos añadidos, construir su torre, ¿cómo van a lograrlo ahora con esta carga?.
Y ello hace que al menos durante cinco años, ya no podremos vender ningún solar, sin salir perdiendo.

Aquél año vendimos Niu-Blau, justo al inicio del verano. El comprador apuró al máximo su pago. Justo para aprovechar las vacaciones, sin gastos de hotel.
Esto ahora resultaba un hándicap para nosotros. Los niños pronto iniciarían las vacaciones. No interesaba que se traumatizaran viendo que su familia iba a menos económicamente.

Para disimular, utilicé parte del producto de la venta, para adquirir un chalet en Pierola. El lugar se estaba urbanizando y así como yo, el propietario, también promovía las primeras ventas con grandes facilidades y precios muy ajustados. Le adquirí un chalet al que le faltaban los últimos retoques para ser habitado. Me permitió adquirirlo en privado pagándole el ochenta por ciento de contado reservando el veinte restante para el día de elevarlo a público en un plazo máximo de dos años y a nombre de quien yo lo subrogara.

No tuvo inconveniente tal como supuse, puesto que en definitiva, mi presencia en su recién estrenada urbanización, dándole vida con una familia numerosa, resultaba buen reclamo y publicidad para progresar en las siguientes ventas.

Allí estuvimos dos años. Lo necesario para reemprender el camino de nuevos negocios.
Inimaginable resultó que años después, o sea actualmente, aquel pueblecito de Pierola se desarrollara más por la Paleontología que por la Urbanización.
Se han hallado y siguen descubriendo actualmente miles de restos fósiles que se supone abarcan más de un millón de años.

Cráneos de équido y de antílope
Instituto de Paleontología  M.Crusafont









Mientras, Carrión seguía buscando por anuncios, fincas rústicas, yo realizaba visitas para ofrecer solares de Santa María.
Le puse en conocimiento mis intenciones, ya que fue el único empleado que quedó de la deshecha organización de negocios.
Resultó pues, confidente, secretario, contable, vendedor, publi-relations y todo lo imaginable, hasta que no resurgiera de mi descalabro. Lo tenía en plena confianza, ya que dependía del todo de mí. Incluido el techo para su familia.

El verano sin Niu-Blau cerca de las playas de Cubera, era un trauma para Tere. Pierola, es montaña muy lejos de las playas Mediterráneas, que así como a mí me place, a ella le causa sensación de pesadez. Pero las construcciones en el litoral Catalán eran prohibitivas.

Convenimos que al menos durante un mes, alquilaríamos un apartamento en Palamós, donde disfrutaría ella y los niños de su ración de Mar anual.
Esto procurando siempre hallar algo económico, pues necesitaba de la misma manera que cuando éramos novios, ahorrar para nueva empresa.

Carrión sabía que necesitaba al menos vender un solar de Santa María cada dos meses para ir cubriendo gastos, pero que aún así esto no podía exceder de seis solares. Si seguía a este ritmo más de un año, peligraba el futuro por cuanto el precio de oferta era infravalorado. Debía buscar la vida por otro lugar y mantener lo que restara de la urbanización, al menos durante cinco años, en que se habrían estabilizado las condiciones generales. Ya no existirían desesperados para la reventa de sus propiedades y alcanzarían los solares, su verdadero valor, que sería de nuevo sustancioso.

Diez años después, me quedaban de la manzana de Jacinto, seis solares, cuyo valor superaba a lo que saqué de las doce vendidas con anterioridad. Y ello, también superaba con creces a las doscientas parcelas vendidas veinte años antes. Esto no era un bum artificial, pues los millones invertidos para convertir los primitivos algarrobos en solares edificados de torres con agua, electricidad y alcantarillado, además del abigarramiento de familias en zona urbana, tenían consistencia.

Todo lo contrario de Sofico. Desde 1962 hasta 1971 fue hinchando la bola con sus supuestas inversiones en apartamentos en Marbella y urbanizar más fincas, todo ficticio.
El año 1976, los cabezas de turco de la empresa fallida, fueron a la cárcel, pero a la sombra se encontraban entidades como  ministros, militares y altos cargos del Estado.

Los suegros, vendido el Niu-Blau, mostraron desinterés por seguir ocupando su apartamento Gemini. Ellos acudían por estar con nosotros y atender a sus nietos. Por ello, también se lo vendieron y estuvieron gratamente sorprendidos al ver que les pagaron el cincuenta por ciento más de lo que les costó.

Decididamente, de haber gastado dinero en alquiler, hubiera sido tirarlo. Esto es lo que alimentaba la moda de comprar viviendas.

Luego los niños ignorantes de los cambios en la economía familiar, siguieron en todo, su ritmo habitual, en el colegio, con sus amistades, asistiendo a excursiones y contentos con sus habitaciones en el nuevo hogar.

Para seguir disimulando nos preocupaba la llegada de la Navidad con los múltiples regalos costosos que acostumbraban a recibir, y que seguían los de los Reyes Magos. No estaba en condiciones dilapidar los pocos ahorros que conseguí para reemprender negocios.

Tere, dio la solución. A los tres mayores les proporcionaría múltiples regalos, apropiados a sus perentorias necesidades. Ropa, calzado, libros, útiles de aseo y poco más. A los peques, chucherías, cuadernos de dibujo, el parchís, y la Diana. El juguete que verdaderamente les encantó fue la peonza fotosónica, con música y los fogonazos que daba al final de su baile.

Por descontado, los abuelos y la cuñada además de los amigos que les nombramos padrinos, ayudaron y mucho. Total a nuestros, ojos habiendo más de treinta regalos en la sala de recepción de sus Majestades ocultas, creímos que aquello no se distinguía de los años anteriores.

Años después los niños ya formando sus hogares, nos confesaron, que no supieron distinguir el nivel de vida que les dimos antes, del de después de la pérdida de los negocios, pero algo raro notaron en aquellos regalos que veían perfectamente de bajo valor, por descontado, no eran juguetes. Los mayores creyeron que por su edad ya les apartábamos de estas celebraciones.



Parejas perdurables  (continuación  70 a)

Recibimos una nota de La Caixa de Pensiones, para que pasáramos a recoger la Libreta de ahorros que aquél año regalaban a los niños recién cumplido un año, como promoción por la Entidad y estímulo de los futuros clientes. La entregaban con un ingreso inicial de 25 pesetas. Los tutores podían disponer de ellas si no querían utilizar la libreta, a partir de tres meses.

Tal como se planteaba la cuestión, aunque la cantidad no era para lanzar cohetes al aire, al menos demostraba que tampoco era una miseria y sí que servía para fomentar el ahorro.

-Tere, ¿qué te parece si abrimos libretas a todos los niños, para que inicien su propia economía?.

-Sí, no es la primera vez que La Caixa hace este tipo de promoción y lo veo interesante. Y buena idea la de abrir una cuenta para cada uno.
Podrías poner cien pesetas de más a cada uno de menor a mayor. Con seiscientas veinticinco pesetas, J. C. se sentiría con el poder de un adolescente, que pronto será.

Así era, se consideraban mayoría de edad a los jóvenes a partir de dieciséis años. A partir de ésta, ya no precisaban la firma de los tutores.
Y esta, al parecer poco trascendente acción, les fue beneficiosa en el futuro, ya que se les inculcó la importancia del ahorro.

Años después cuando Xavi obtuvo su D.N.I. obligado, pudo disponer de su libreta sin necesidad de la firma de sus padres.
Fui a renovar los datos a La Caixa quedando yo simplemente como autorizado a la cuenta.
Este trámite se repitió con cada unos de ellos a su tiempo.

Un día en que quise hacerle un ingreso de cien pesetas más para cada uno de ellos, ví cómo el saldo de Xavi excedía bastante de lo que debía ser según mis cuentas.

-Oiga, ¿este saldo es correcto?.

El empleado, consultó los datos y los confirmó. Pensé que Tere sin consultarme, le habría hecho ella un ingreso. Cosa que al hablárnoslo resultó negativo.
Volví a La Caixa, con los datos que yo tenía y los contrasté con los de ellos. Total me actualizaron la libreta, con quinientas pesetas de más, a pesar de indicarles mi desconocimiento de tal ingreso y si podían averiguar que benefactor lo realizó.
Dos días después nos llamó el empleado de La Caixa por teléfono.

-Disculpen el error, pero le retraemos las quinientas pesetas por cuanto las incluímos en la cuenta de su hijo, cuyas señas por una gran coincidencia son idénticas al verdadero titular.

Mi quinto hijo, tenía nombre y dos apellidos idénticos al de la cuenta destinataria. Pero además, era de su misma edad, vecino del mismo barrio. Por ello eran clientes asimismo de la misma Agencia. Y su DNI sólo discrepaba de una unidad de la cifra de siete dígitos.

Sus padres, reclamaron a La Caixa al ver que su justificante no constaba en la libreta debida, con lo cual se dieron cuenta de esta colosal coincidencia.

Por lo visto, al presentarse mi hijo a la policía para confeccionar el DNI, debieron coincidir, en la cola, uno tras otro sin conocerse, él y su homónimo. Por ello su identificación, parecía la de un clon al que les distinguía el dígito final, por una unidad.

Y no fue esta la última vez que protagonicé despistes bancarios a mi favor, sin aprovecharme, ya que tenía claro que los errores los pagarían los empleados. Pensé en uno de mis hijos que lo era de otra Entidad, y las consecuencias laborales que le podían reportar.

Sin embargo por aquellas fechas salió a la prensa el caso de un jugador de apuestas Americano, en USA, que estuvo a punto de desaparecer de su radio de acción, al quedar deudor por fallidas operaciones. 
Imposible atender a sus acreedores. Optó, para sacar los pocos fondos que le quedaban en su cuenta corriente bancaria, y salir del País de inmediato, procurando discreción borrando huellas.

Pidió el saldo, para no exceder en la cantidad a retirar y levantar sospechas.
La cifra que le anunciaron incomprensiblemente, cubría con exceso sus deudas, por lo que no había necesidad de poner en práctica su plan de huida. 

Temió que se advirtiera el error, y repitió la solicitud por escrito.
Una vez confirmada, emitió los diversos talones para sus acreedores, extrayendo una suma en metálico, dejando un saldo simbólico sin finiquitar la cuenta.

Casi un mes después, fue requerido por el banco, ya que se percataron del error. No les atendió. Le llevaron a juicio, reclamándole como estafa. 
Su defensa le resultó fácil. Indicó que ya no disponía de tal cantidad, y que ignoraba los ingresos que recibía por parte de clientes, con lo cual no le era factible en determinado momento conocer el estado de sus cuentas. Al ser ellas normalmente de volumen considerable, a una más de aquella cantidad, no le dio importancia.

Ni siquiera se avino en pagar una cantidad aplazada para su restitución. No sólo eso, sino que demandó al banco para que le resarciera de los gastos de defensa que tuvo que abonar a su abogado.

Para casos chuscos, aquél año un Obispo Católico Vietnamita, Martín Gho Dhin, sobornado por los cofrades de El Palmar de Troya, celebró una misa en la que nombró Obispos a cuantos se le presentaron. Una vez nombrados ya no había fuerza de ninguna legalidad que les pudiera retraer. La institución es de carácter divino.
Y al fundador de la cismática Iglesia del Palmar, le bastaron cuatro años de Obispado, para ser nombrado por Dios, como Papa Clemente. Obviamente, autoproclamado y seguido por la comitiva de Obispos que constituían su Iglesia.

Avanzado el año 1974, los bancos tenían registradas sus propiedades o hipotecas de los Bungalowes de Santa María. Así, ya me desentendí por completo de este affaire, pero llevaba demasiados meses sin vislumbrar nuevas fuentes de ingresos.
Las pocas parcelas que vendía Carrión, se esfumaba por los gastos familiares y el de sus emolumentos. Era alarmante. Yo ya había inspeccionado media docena de fincas rústicas en un radio de cincuenta quilómetros de Barcelona, considerándolas con posibilidades para reemprender la labor colonizadora.

Elegí a tres como las más apropiadas y para decidirme me permití salir de excursión con Tere y niños tres fines de semana.
Nos llevamos bocadillos, fiambres, fruta y bebida y pasamos tres sábados de picknic. A Tere no le seducía ninguna, pues solo veía tal como eran y lo que le ofrecían eran incomodidades.

No tenían acceso rodado, no habían fuentes ni lagunas donde recrearse. No había ningún kiosco con sombrajos. Tampoco vecinos a los que acudir de ser necesario. Y ninguna farola que iluminara las sendas. Era inútil explicarle que todo el artificio, era lo que había que proyectar. Una finca rústica, no es una urbana. De eso tenía que encargarme yo. Total que no me sirvió mucho para elegir. Lo que sí me sirvió, fue el conocer el precio de venta y condiciones para urbanizarlas.
Por la que me pareció ser la mejor de todas, pidieron una cantidad desorbitada.

Con lo poco que me quedaba disponible de las últimas ventas de solares y del Chalet Niu-Blau, no era suficiente. Y el edificio de San Juan de Malta, seguía sin pretendiente.
La segunda elegida, al consultar sus datos en el Ayuntamiento, tampoco resultó atractiva, ya que el Alcalde pedía que para su recalificación, necesitaba publicar un Edicto para que se presentaran posibles propietarios afectados y a tenor del resultado realizar el proyecto cuya aprobación, se dilataría al menos dos años. No podía permitirme estar ocioso tanto tiempo, en el cual mi descapitalización, preví absoluta.

Luego opté por la tercera que como si del anverso de Santa María se tratara, me atendió el Alcalde con los brazos abiertos, asegurando que tendría todos los beneficios legales a mi favor. Era bienvenido y deseaba que triunfara en su Municipio, para que no se despoblara. Les estaba ocurriendo igual que en todos los pequeños municipios que se estaban abandonando por la juventud, para 
instalarse en las Ciudades.

Su entusiasmo me hizo mella. Ya no le hice ver con vehemencia que las dificultades en urbanizar, no consistían únicamente con la venia municipal, sino de dependían de las normativas estatales, concretamente con Urbanismo y las influencias políticas.
Siguió con su inmutable entusiasmo, ya que según él disponían de un Diputado que les lograba todo aquello que pedía.
Confieso que mis dudas eran fuertes, pero mi necesidad de actuación, las superó.