Cap 24
No esperaba Gurri un recibimiento tan frío, ni el lugar con tantos individuos. Por lo menos había ocho veces los dedos de sus dos manos. Se hallaban alrededor de una pira ardiendo. Únicamente Caduf, se dirigió a Gurri, preguntando de dónde procedían. Y si venían a contemplar el mural de los dioses.
De haber sido de alguna tribu cercana, le hubiera correspondido aportar donativos en especie alimenticia, u objetos útiles. Era el canon establecido desde muchos años.
Gurri, aunque quería ver las pinturas diseñadas por su padre en aquella caverna, comprobando el parecido con las figurantes en la suya, requirió la presencia de Plank.
Y de Plank, apenas quedaban sus huesos resquemados en la pira, contemplada por todos.
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Los biólogos de Virgo, solicitaban de La Isla, mayor contribución en la creación de Oasis. Astrid intermediaba los mensajes habidos entre La Isla, Virgo y Renova. Para mayor eficacia en su proyecto, Virgo precisaba una intensa y continua recepción de material volcánico. Esperaban que las naves se multiplicaran transportando más toneladas en cada viaje. Esto, lo comentó Astrid a Axel, evitando hablar de su relación íntima.
- Si. Lo sé. Y es otro tema a discutir con los Políticos. Me presentaré ante ellos mañana mismo, si Chian-Zu, me da el resultado de la cartografía del asteroide, pero en este momento prefiero que me cuentes hasta que punto estás interesada en el trabajo de Chian-Zu.
Astrid se sintió acorralada sin saber cómo eludir tan frontal pregunta. Sus evasivas no convencieron a Axel, por lo que acabó con otra pregunta más directa aún. Y Astrid ya sin fuerzas, reconoció que dudaba entre él y Chian-Zu.
Decepcionado Axel, omitió confesarse él. Propuso tomarse ambos un tiempo para reflexionar sobre sus sentimientos.
Los pensamientos de ambos, se mezclaron en mil y un proyectos de índole profesional, con otros sentimentales. Astrid se entrevistó con Chian-Zu, confesándole el dilema que albergaba. Precisaba una pronta decisión y ésta dependía al cincuenta por ciento de lo que él sintiese por ella.
El dilema de Astrid hasta aquél momento se reducía en la elección de pareja. Con esta entrevista el dilema también alcanzaba a Chian-Zu. Admiraba a Axel por su gran valía. De ninguna manera quería traicionarle. Pero el objeto de deseo contenido desde antaño era Astrid. Ante la perspectiva que le brindaba en este momento con su confesión, casi enloqueció. Verdaderamente se enamoró y era amor sincero lo que sentía por ella. ¿Cómo resistirse a la tentación?. De pronto, enmudeció, prolongándose un silencio incómodo entre ellos.
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Con el resultado de la cartografía del asteroide en sus manos, Axel pasó los datos a su ordenador donde ya dispuso un programa para fraccionamiento en treinta y tres partes, la misma cantidad que ciudades componían La Isla. Y a ellas las dirigiría.
Viendo factible la idea preconcebida, solicitó audiencia inmediata a la Presidencia con todos los Políticos, para él y los Astrónomos. Los temas a tratar, afectaban a Virgo, a Renova y a La Isla.
