Los elementos constituidos por cantidades superiores a 150 nucleones, pierden estabilidad en su misma proporción.
Los protones para contrarrestar su natural repulsión, se hallan sometidos a la fuerza fuerte. A partir del Fe, se inicia el desequilibrio por aumento de protones. Con el fin de igualar su presión interna con la externa, se manifiesta su desestabilización, con la expulsión de parte de ellos.
A semejanza de lo que ocurre con la evaporación , el vacío, externo favorece la velocidad de desintegración atómica. Las desintegraciones en Era de la Nucleosíntes se realizarían con elementos de número atómico superiores a los actualmente existentes, debido a la presión exterior de un espacio reducido y enorme temperatura.
La tendencia en Eras futuras debe ser la dereducir la existencia natural de elementos pesados.
El Uranio 238, a través de cuatro mil quinientos años, cada gramo pierde 0,13 gr. irradiados en partículas alfa. La diferencia restante, se convierte en Pb.
La degradación, se realiza por la pérdida 10 protones de los 92 que poseía, además de 22 neutrones de los 146 y 10 electrones correspondientes 6 de su capa energética VII y cuatro de la VI.
Lo irradiado, han sido ocho átomos de He con 16 protones, 16 neutrones y 16 electrones.
Seis neutrones del U, perdieron un electrón, se convierten en seis protones con seis electrones libres y forman con los diez protones liberados, el total de dieciseis precisos para el He.
Esta liberación nuclear, viene acompañada por la energía que precisaba para mantener los nucleones unidos. Emite al He a velocidad inferior a un décimo de la luz, en forma de rayo alfa.