lunes, 29 de noviembre de 2010

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SAGA DEL FOTON

Tal como presagiaron Bur y So, con el choque de la Sonda con Chirón, electrones de ambos objetos, liberaron cabezones a mansalva. Instantáneamente, por su afinidad, se unieron en grupos para formar ondas.

Se crearon desde fotones con longitudes ultravioletas, hasta las infrarrojas, resplandeciendo con luz blanca.

Y uno de estos fotones, emitidos en todas direcciones, era el que B2, Bur, y So ocupaban.

Sin embargo, hubo grupos que no alcanzaron formarse con el mínimo de individuos precisos para ser fotones. Estos pequeños grupos se quedaron como abortos, en simples fonones.

Teniendo contacto con los objetos colisionados, transmitieron su vibración superficial , hasta extinguirse su energía. Cada átomo de la mole de Chirón, al transmitir los fonones al vecino, absorbía a algún Cabezón. Con poco recorrido, los Cabezones ya desaparecieron como fonones para seguir como adjuntos a los electrones periféricos.

Ya despreocupados, los recién constituidos en compañeros de viaje, junto a los otros millones de su onda, se dedicaron a su función esencial, bailando.

Acompasados sus ritmos vibrantes , adquirida la máxima velocidad, en menos de una hora llegaron a la estratósfera terrestre.

Siendo noche sin nubes, nada les obstaculizó recorrer la atmósfera y penetrar por el objetivo del Grantecan.

-Bur- En tiempo récord cambiamos la velocidad al paso de espacios densos. Del Vacío a la estratósfera, a la atmósfera y a cuerpos cristalinos.

-So- Y de constitución varia. Esta última de células orgánicas, nos obliga a seguir ignoto camino.

El fotón de los viajeros, se introdujo por el ojo del aficionado Astrónomo, pasó de la retina, a la red conductora de los estímulos de la luz, hasta el lóbulo occipital del cerebro.

El Astrónomo, al contar a sus colegas lo visto, pasó la imagen del chispazo a su memoria en el lóbulo frontal.

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-B1- Pero, ¡ si es B2 quien llega con abundante compañía.!. ¿Es que notaste mi nostalgia?.

-B2- ¡Quien podía imaginar tal coincidencia!. Sí. Te eché a faltar. Y no hace mucho entablamos conversación con estos compañeros, y te mencioné.

-So- ¿Este es B1, a quien te referías?.

-B2- Por supuesto y que me da gran alegría el reencuentro.

-Bur-Así que aquí soy un alienígena entre viajeros terrícolas. Ya que no me presentáis, he aquí, a mi menda, el Jupiteriano.

-B1- ¿De Júpiter vienes?.

-Bur- Del antiguo-Júpiter. De cuando era una Estrella. Más antigua que la Tierra. Por su explosión final, pasé a formar parte de un asteroide Kuiperiano.

-B1-Teneis que contarme como os habéis unido. Con tan dispares procedencias, es difícil imaginar.

En el vuelo desde el aeropuerto de Gando hasta el de Barajas en España, donde hacía escala , regresaba a Ginebra el amater Astrónomo. Se había cumplido su ansia de conocer al Grantecan. Finalizadas sus vacaciones, regresaba a Ginebra. Ilusionado por las últimas vivencias, no resistió una incipiente cabezada.

En su ensoñación, le vino a la memoria el recuerdo de la bella pareja que bailó con él antes del viaje a Canarias.

Y lo sumó al recuerdo del raro chispazo, que únicamente él contempló.

La entrada de B2 y sus acompañantes a la celda de B1, tal como sucedía en cada evocación, fue otro chispazo luminoso, con el que los antiguos compañeros volvieron a entrar en contacto.

Hechas las presentaciones, discutieron si era oportuna la inactividad allí existente. Decidieron organizarse para una evasión conjunta. No hacía falta más que de nuevo, volviera a abrirse la entrada de los recuerdos.