miércoles, 12 de diciembre de 2012

Colonización de Renova


COLONIZACIÓN DE RENOVA 2ª parte

Cap 26

Dándose a conocer Gurri, como hijo de Gurran, a Caduf ya no cupo duda de las bélicas intenciones. Venían para usurparle el mando de la tribu.

Mucho bregaron ambos para reconocer la verdad. Gurri no pretendía de ninguna manera quedarse en la población de la caverna de su padre, a la que llamaban  ahora Plankved. Sólo quería constatar que las pinturas rupestres eran las mismas que figuraban en la de su pueblo y que para distinguirlo, le llamaría Gurrived.

Contó como se había aliado con un extraño, Torr, que ahora engrosaba las filas de cazadores, siendo Gurrived, más importante que Plankved. Si querían lograr una vida más fácil, mejor era aceptar la ayuda de los llegados del cielo.

Caduf, reflexionó y prefirió ceder mostrando autoridad. Eligió a ocho de sus incondicionales a los que permitió acompañarles con las mujeres deseosas de conocer a estos falsos dioses. Por supuesto, con él al mando.

A pesar del miedo que ocultaba Caduf, su afán de autoridad, le infundía el valor del vencido. Por lo menos ante los suyos, seguía siendo quien mandaba. Para dejar clara su postura, ante todo el pueblo, nombró como jefe en su ausencia, a Ruper, su hermano menor.

Durante el regreso a Gurrived, tuvieron tiempo de suavizar sus relaciones, y con tantas hembras acompañándoles también comprobaron el buen servicio de los carros. Las más débiles se turnaban subiéndose en ellos.

La llegada a Gurrived, fue la gota que le faltaba a Caduf para variar su opinión. El pueblo, verdaderamente importante, se reunió para darles la bienvenida mostrando la gran cantidad de carros construidos en ausencia de la comitiva de Gurri. Y la cantidad que aún les restaba de carne de mamut, recuperada por Torr.

Pretendían que el viaje ya inminente para llegar a la tierra de fuego, se pudiera realizar con comodidad. Dispondrían de una eficaz logística. La cantidad de carros, uno para cada dos individuos de ambos sexos, transportarían pertinencias y víveres. Equipados con las lanzas y los milagrosos mecheros, esto era una marcha con potencia jamás imaginada por los ancestros homínidos. 
El grupo formado por los seguidores de Caduf, los de Gurri y los de Torr, con más hembras curiosas por ver a los venidos del cielo, superaba cinco veces sus dos manos. Como una verdadera emigración.

Tomando el ejemplo de Caduf, Gurri nombró a su compañera Karla, como la autoridad Delegada de Gurrived, ya que su vuelta duraría más lunas de las que nunca duró su ausencia.



Las excavadoras seguían a ritmo frenético. Cada dos días llegaba una nave a cargar todo lo triturado y almacenado de la cantera. El transporte a Virgo ya estaba establecido de cadencia regular. Y los ecologistas de Virgo distribuían con eficacia las toneladas de lava pulverizada por los primeros cinco enclaves elegidos para Oasis.

Los gérmenes traídos de los bancos Isleños resurgían a velocidad espectacular. Y más aún surgieron de los lagos especímenes vermes, de lo más variado. Desconocidos por los biólogos, fueron objeto de estudios especializados. Buscarían su utilidad, para extinguir a los que pudieran resultar nocivos.



La transformación de desiertos en futuras ciudades era un hecho.




Sixta, en el festejo por la aprobación del plan de colonización de Virgo y explotación de Renova, se dirigió a Astrid tanteando su disposición a abandonar a Axel.

-        Chian-Zu, con sus miradas se te comerá.

-        ¿Qué insinúas, Sixta.

-        ¡Vamos!. No te hagas la inocente. Se le nota incluso al hablar de ti. ¿Cuándo tuvisteis relaciones?. ¿No se lo contaste a Axel?.

-        Pero, ¿qué te has creído?. Eres una descarada entrometida.

-        No tienes que disimular conmigo. Soy una tumba. Pero yo de ti se lo contaría, antes de partir de nuevo para renova.

El diálogo, se convirtió en verdadera batalla verbal. Pero poco a poco, Astrid fue cediendo ante el ataque de Sixta, confesándole que aun sin haber intimado con Chian-Zu, le deseaba tanto como a Axel.

La puntilla Sixta se la dio al relatar los incidentes de ella, con Axel.
Astrid, tardó en reaccionar. Se hallaba perpleja. Su admiración por ambos, la atracción sexual por ambos, y lo vivido con Axel, que la predisponía con él, ahora resultaba que era quien la mentía.
Por fin decidió que al final de la fiesta, rompería con Axel.
Victoria total para Sixta.