Colonización de RENOVA
Cap, 5
Por la desaceleración de la nave, Axel divisó el altiplano de asentamiento de los Isleños. No se avistaba aún el gran lago habitado por los Primates. Podían cumplir con la prohibición de contacto con ellos sin ninguna dificultad. Seguirían explorando por inmediaciones opuestas en que hubiera flora y fauna de especies menos evolucionadas. Ansiaba ver los resultados de los estudios últimos realizados en la colonia y programar el próximo plan.
Antes pensaba en dejar en la base construcciones definitivas con materiales del Planeta en superficie. Hasta ahora todo se realizaba desde las propias naves asentadas. Pues así segurían. No dejarían vestigio alguno de su arribada, para cuando el Almirantazgo diera la orden de partir hacia Virgo.
Decidió que este sería su último viaje permaneciendo los seis meses en Renova. Cuando regresara a La Isla, propondría su idea de acercar la órbita a solo ocho minutos luz distante de Renova reduciendo su diámetro, y velocidad, cancelando el movimiento de avance en tirabuzón. Con las nuevas directrices, seguirían con la misma gravedad artificial.
Discurrió que esta orden de colonización discreta, desbarataba su ilusión de alternar con individuos racionales poco avanzados. Tenía visualizados los métodos de entenderse con ellos y ayudarles a evolucionar aceleradamente. Si eran animales con genes casi idénticos a los de los Isleños, ponerles al día con los avances tecnológicos y enseñarles a hablar, era un reto importante, difícil, que requeriría paciencia, pero con resultado altamente gratificante.
Luego pensó en Astrid. Había acudido con la multitud de fans a despedirle, pero por su actitud, creyó adivinar en ella una desilusión por su partida. Le dijo que ella sería una voluntaria para el próximo viaje y que le gustaría, volver a encontrase ambos en Renova.
Este supuesto interés sin entrar en detalles le hizo sentir una desazón. La conocía por la asistencia en la academia durante los cursos de preparación para los colonizadores.
De repente, esta desazón significaba que despertaba en él una atracción sexual. A buena hora. Para ella en una semana sería pasajera de la siguiente expedición. Él no la vería sino al cabo de seis meses.
Verdaderamente el desfase por la velocidad entre La Isla y Renova, era un fastidio. Urgía realizar el cambio de órbita que tenía en mente, ya que el desfase sería como mucho de una semana.
Apartó estos pensamientos centrándose en la maniobra que realizarían de inmediato por el aterrizaje.
Vista de las tres naves prontas a posarse en el altiplano
COLONIZACIÓN DE RENOVA
Cap 6
Gurran, recordó que extraños pájaros de tamaño descomunal aparecían y desaparecían allá muy lejos en las tierras altas. Jamás ni él ni nadie de su tribu subieron allí. Mientras el territorio que dominaban dispusiera de suficiente caza, no había necesidad de recorrer la distancia desierta para llegar allí. Y tampoco había garantía de ser un paraje con fauna de fácil cacería.
Sin embargo acababa de ver varios pájaros raros pero ya de tamaño normal. Se hallaban a mitad camino del lugar de los pájaros grandes. Lo comunicaría a su grupo explorador. Podía interesar averiguar de que animal se trataba.
Convocó a la tribu entera en la caverna principal para exponer su visión.
La primera vez, ninguno de sus parientes, quiso creerle. Como el habla que poseían era rudimentario, no se captaban las sutilezas de lo narrado por Gurran.
De tratarse de un mitin en una civilización avanzada, los asistentes le hubieran catalogado de loco, iluso, visionario. Cualquier cosa menos dar crédito a que pájaros de alas triangulares rígidas, con cabeza similar a la suya y una cola en forma de aro, se elevaran hasta las alturas que decía vio subir.
Como se trataba de una comunidad de civilización incipiente, lo único que consiguió fue que tres de los más abiertos a contemplar extraños seres en la naturaleza, le creyeran en cuanto también ellos los vieran.
Días pasaron sin conseguirlo. Inesperadamente, un destello de luz se vislumbró. Lo vieron un grupo de cinco individuos, dos de los cuales eran los que se declararon escépticos.
Muy alto volaba uno de estos raros pájaros, por lo que era imposible ver a penas una forma triangular. La cabeza y cola, descrita por Gurran, eran imperceptibles. Lo que sí notaron fue el cambio repentino de dirección de su vuelo y veloz alejamiento hacia las tierras altas.
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Axel, en el enésimo vuelo de inspección del Gran lago, vio un grupo de homínidos en la pradera, cerca de cavidades calcáreas. En todo el tiempo de estudios e inspecciones realizadas por las ya numerosas naves de asentamiento colonizador en Renova, jamás distinguieron a esta nueva especie homínida. Fue merced a su vuelos con las planeadoras a propulsión que pudo prestar atención a detalles hasta entonces desapercibidos.
Habitaban en Cavernas, tal como recordó por la historia de la bitácora. Existían pues los futuros humanos y estaban expuestos a que ellos entraran en contacto con los Isleños. Esto obligaba a evacuar la Colonia entera de Renova. De no hacerlo manifestarían una clara desobediencia a la orden recibida.
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Gurran esta vez al convocar a la tribu entera, propuso un plan aceptado por cinco de los más fuertes individuos. Realizarían el viaje con impedimenta de armas y acopio de granos y agua para el recorrido de varios días del desierto hasta el pié de las montañas.
Una vez allí tenían la certeza de que los manantiales y la fauna, no faltarían. Luego trepar hasta las tierras altas no les llevaría más de otro día. Por fín observarían a estas raras aves y los colosales monstruos que dijo haber observado Gurran.
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