lunes, 6 de diciembre de 2010

Sigue 32

SAGA DEL FOTON

Recién incorporado al trabajo, el barbero sustituto comprueba el estado de los utensilios adjudicados.

Las tijeras presentan un incipiente estado de oxidación. Las manda al afilador.

Realizada una primera limpieza, el operario notando en un punto de las tijeras penetración extra del óxido, decide aplicar el abrasivo a fondo. Saltan muchas chispas. Rebajado el filo, lo pule y da por concluso el afilado.

En un punto del filo de las tijeras, B1, B2, So, Bur, y sus acompañantes, montaron un festival de recepción por el encuentro de congéneres ocupantes de átomos y moléculas del aire, como CO2, H2O, O2, N y de la gota de agua original con disolución de Ca, causante de la oxidación que socavó al Fe y C del acero de las tijeras.

En su festejo, participaron Cabezones de todas las moléculas allí en contacto. El bullicio armado, permitió aleatoriamente el paso de Cabezones de las periferias de unos átomos a otros.

Con sus rítmicos movimientos interpretaron una danza de pasos seguidos deslizando por un átomo, saltando a continuación a otro. Allí se intercambiaban parejas, daban otros pasos deslizantes y de nuevo salto a otro átomo.

Disponían de tiempo y cantidad de átomos a los que abordar. La diversión era mayor por cuanto la variedad de moléculas a su disposición, daban un placer añadido.

No se agotaba su afán de darse bienvenidas mutuas. En cada emparejamiento, su vibración hacía mella al acero de las tijeras. Y entre todos, convirtieron la gota de agua inicial, en una esponja ocre de orín.

Por supuesto la mella causada a las tijeras, la hubieran seguido profundizando de no haber bruscamente un afilador desbaratado su festival.

Las chispas resultantes de la abrasión inferida, se llevaban a millones de Cabezones. B1 y B2, advirtieron de ello a sus congéneres para que estuvieran alerta y no se separaran.

Demasiado tarde fue, ya que So y Bur, habían desaparecido junto a las últimas parejas ocupantes de una molécula de oxígeno, conocidas por ellos.

B2, dedujo que formaban parte de una de las chispas desprendidas. Unido a B1, ambos aguardaron su turno. No se hizo esperar y pronto se vieron abducidos por una partícula de hidrógeno.

-B1-Parece B2, que perdimos a nuestros compañeros. Pero tampoco estamos solos.

-B2- No. Ahora bailaremos con nuevas amistades. Y siempre podremos reconocer a algún antiguo compañero, así como nos reunimos nosotros ya por tercera vez.

Los Cabezones residentes en el átomo de hidrógeno, se comportaban como era su obligación, idénticamente que los que dejaron de acompañarles. Después de los parabienes de bienvenida, sincronizados sus ritmos, dispuestos a contemplar el Espacio sin dejar de bailar.

Embarcados pues con el átomo H, salieron por una ventana elevándose por la atmósfera, hasta unas nubes tormentosas.

La amenaza de tormenta en aquél instante, llegados B1 y B2 a negras nubes, desató intenso relampagueo.

Era cuestión de probabilidad que algún relámpago les alcanzara. Pero tal probabilidad, con la intensidad mostrada, se hizo certeza y desbaratando la organización del átomo de H, los Cabezones forzosamente liberados, se reorganizaron en fotones de energía considerable.

Escapando de las nubes, ya en su onda, traspasaron la ionosfera y hallándose en la exósfera, notaron los primeros soplos del viento Solar propio de la magnetósfera.

Siguiendo elevándose, volvían de nuevo como antaño a estar a merced del viento, con lo que su alejamiento de la Tierra, se consolidaba.

-B2-¿Crees B1, que en esta ocasión podremos llegar a la Nube de Oort?.

-B1- Si durante un año, nada entorpece nuestra trayectoria, allá estaremos.

-B2- Pues a So, lo conocimos por la colisión de la sonda de la Nasa, con Chirón, del Cinturón de Kuiper. Y dijo que allí estaba por caída de Oort a esta órbita tan repleta de asteroides.

-B1-Si nos desviamos del plano de la órbita de Kuiper, no habrá ningún asteroide que nos obstaculice y a Oort llegaremos en poco más de un año.

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