Cuentas del Gran Capitán (Gonzalo Fernández de Córdoba y Aguilar) Por picos, palas y azadones, cien millones de ducados; por limosnas para que frailes y monjas rezasen por los españoles, ciento cincuenta mil ducados; por guantes perfumados para que los soldados no oliesen el hedor de la batalla, doscientos millones de ducados; por reponer las campanas averiadas a causa del continuo repicar a victoria, ciento setenta mil ducados; y, finalmente, por la paciencia de tener que descender a estas pequeñeces del rey a quien he regalado un reino, cien millones de ducados. |
A buen Juez, mejor testigo
Zorrilla
III -Pasó un día y otro día,
un mes y otro mes pasó
y un año pasado había;
mas de Flandes no volvía
Diego, que a Flandes partió.
Lloraba la bella Inés
su vuelta aguardando en vano;
oraba un mes y otro mes
del crucifijo a los pies
do puso el galán su mano.
Todas las tardes venía
después de traspuesto el sol,
y a Dios llorando pedía
la vuelta del español,
y el español no volvía.
Y siempre al anochecer,
sin dueña y sin escudero,
en un manto una mujer
el campo salía a ver
al alto del Miradero.
ESPRONCEDA
Canción del pirata
Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman, 5 por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.
2 comentarios:
Sigo de memoria:
"La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul
y ve el capitán pirata
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Estambul.
Navega, velero mío, sin temor,
que ni tormenta ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza
ni a domeñar tu valor.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley la fuerza y el viento,
mi única patria la mar".
Sorpresa, sorpresa. Heber, de otra generación bastante más reciente que la mía, y al otro lado del charco, se instruyó, imagino con los mismos textos.
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