viernes, 23 de noviembre de 2012

COLONIZACION DE RENOVA


COLONIZACIÓN DE RENOVA

Cap 9

Iggg entusiasmado por la propuesta de Gurran, extendió en el suelo, al pie de una de las 

paredes más lisas de la caverna, todas las cenizas de la última fogata. Alisó su superficie y 

con un bastoncito, se dispuso a ir trazando líneas que asemejaran la idea de las aves 

monstruosas.

Tiempo les llevó entenderse. A base se borrar y repetir líneas llegó el momento que a Gurran 

le pareció muy aceptable la figura allí señalada.


Ahora venía la auténtica labor artística de Iggg. Tenía que pasar aquel trabajo al muro 

mediante las pinturas habituales, mantenidas en recipientes grasientos. Disponía de ocres,

 rojos y negros. Sin embargo Gurran no estaba de acuerdo con aquellos chillones colores. 

Tenían que encontrar otros que se parecieran a un pálido azul, o tenue gris. 


Eso era trabajo para Brau, el químico de la tribu. Buscaba tipos de piedras que pulverizadas y

 mezcladas con las tierras de una cantera cercana, daban tonalidades semejantes.

A base de disolverlas primero con agua y formar una pasta densa, lograba luego cubriéndola 

con grasa que se mantuvieran las pinturas aptas para su uso durante muchos días.


Se le ocurrió que para lograr colores tenues, mezclar a los que ya tenía habituales, cenizas 

óseas. Pero una circunstancia a favor le facilitó el trabajo. Unas piedras calcáreas, bien 

tratadas resultaron como el que proporcionaban ciertas marcas de jabón para la colada en el 

anterior BB, un color blanco nuclear. A partir de aquél momento su industria se revolucionó. 

Fue el primer fabricante de pinturas arcoíris
.
Podía obtener una gama larguísima de colores desde lo más blanco al negro carbón.


Esta vez Iggg podría representar en el muro principal de la caverna, su obra magistral.

Una vez conclusa, la firmó con su mano para dar a conocer su autoría a la posteridad.

También firmó Gurran como evocador de la imagen y Brau, por su recién descubierta 

producción industrial de la gran gama de colores.


En la pared Iggg representó un suelo ocre, encima del cual una figura redondeada especie de

 caparazón de tonos grisáceos con puntos luminosos, representaba al ave monstruosa. Se 

mantenía a poca altura por encima del suelo. 

Mientras en un fondo gris azulado en la parte más elevada del mural se mostraban como 

puntos blancos otras cinco aves. Y un grupo de cinco cavernícolas levantando los brazos al

 cielo, como para imprecar a tales seres de extraña procedencia.


Aquella pintura, fue el no va más de la cultura Gurran. Con el tiempo, las tribus de lejanas 

tierras iban a ver esta caverna convertida en famosa pinacoteca. Se iniciaban los peregrinajes

 neolíticos. Los sucesores de Gurran, instituyeron un peaje para contemplar tal obra. Los 

visitantes debían traer una bolsa de frutos, o granos, con lo que aliviaban el trabajo a las 

mujeres autóctonas. El tiempo que antes requerían en la recolección, ahora lo empleaban en 

tatuarse y decorar partes de su cuerpo.


Brau, si hubiera vivido por aquel tiempo, siguiendo su racha de químico, habría inventado la 

fabricación de cosméticos.
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A Doce mil kilómetros distantes las dos naves de Isleños, tomaron suelo en otro altiplano.

 No les importaba mucho el cambio de paisaje puesto que las características geológicas eran 

esencialmente idénticas. Se abastecerían exactamente igual que lo hicieron durante varios 

años en el primer asentamiento.

Solo Axel se hallaba indeciso en quedarse, o partir también hacia La Isla.




Cap 10

Astrid, como muchos curiosos por conocer detalles de los homínidos por propia boca de los 

regresados de Renova, fue a dar la bienvenida. Se extrañó que la nave nº 2, capitaneada por 

Axel, no figurara entre las cuatro arribadas.

Fue mayoría la que prefirió regresar y no trasladarse a Virgo. Carecían de una planificación 

idónea. Y los que allí estudiaban al planeta, no daban muchas alegrías.

La Dirección General de Colonización, tendría que planificar nuevas estrategias, o seguir con 

la búsqueda de mejores planetas.

Sin embargo, Astrid se alarmó al saber de la nave de Alex y la nº 3, permanecían en Renova 

aunque trasladados en lugar recóndito. Al Almirantazgo, seguro aquello lo encontraría como

 desacato a la autoridad.

Y ya sentía esta fatalidad. Antes, en el adiestramiento de la Academia, solo admiraba a Alex 

por su gallardía y gran capacidad cultural. Pero ahora el hecho de no avistarle entre los 

colonizadores, le causó un raro sentimiento entre frustración y deseo. 


Imaginó que una cosa se debía a la idea de perder la oportunidad de colaborar juntos en 

Renova en el viaje que tenía inminente ahora cancelado, y otra que sentía algo más que 

amistad hacia él.

No resistió al impulso de enviarle un mensaje. Dolida, ya que tardaría entre dos y tres 

días en obtener respuesta.


Al despegar la nave nº 2 para dirigirse al nuevo asentamiento, por un instante Axel, divisó en la 

explanada a un grupo de cavernícolas levantando los brazos como si les dirigieran un saludo.


Le entraron ganas de abortar el despegue y contactar con aquellos seres. Claramente 

se demostraba que habían sido descubiertos. Sin embargo no podía realizar un acto 

frontalmente opuesto a la orden recibida. Ya bastantes razones tendría que argüir para

 explicar su desviada obediencia, como la de una simple demora para acabar con unos 

estudios geológicos de sumo interés.


Gurran veía su autoridad menguada, al enfrentársele Plank, el brujo de la comunidad. Las aves 

eran Dioses. Y Gurran las ofendió acercándose a ellos con armas. Demostraba que su futuro 

decaería. Que faltaría su protección al haberse alejado. Y que eran condescendientes. Podían 

haber sido su grupo fulminado al instante por su osadía.

Requeriría hacer sacrificios visibles en el altiplano para calmar su irritación. Todo lo que se 

recaudara de los peregrinos, se destinaría a tal acto administrado por Plank.

En vano Gurran desmentía los argumentos del brujo. Las mujeres temerosas, le abandonaban. 

A tal punto llegó el antagonismo, que Gurran con tres de los acompañantes de la aventura 

vivida en el altiplano y siete mujeres que se avinieron, abandonaron la Cueva para trashumar

 como hacían los animales, hasta otras tierras lejos de Plank.


  La respuesta de Axel a Astrid, fue alentadora. Le comunicaba su intención de pronto regreso, 

una vez finalizados los experimentos de sumo interés para La Isla. Y que para acelerar 

resultados de próximos descubrimientos de planetas no habitados, tenía un proyecto a 

ejecutar en el cambio de órbita de La Isla, con el cual la cercanía a Estrellas se haría factible 

en días y no en meses y las comunicaciones en horas y no en días.


Por su parte Axel rebosaba alegría, este mensaje de Astrid, le evidenciaba que le era de 

mayor interés que el simple profesional.


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