miércoles, 9 de febrero de 2011

Parejas perdurables. (Continuación 9ª)

Aquella sentida angustia, ahora a tantos años vista, entiendo que se trataba de un conato de depresión, al que la imagen de Tere y el deseo de crear una familia, disolvió sus perniciosos efectos. Noté que mi orfandad en los últimos años, la paliaba con las frecuentes visitas a los vecinos, que eran sus padres.

Historial de la 1ª Bandera de paracaidistas ROGER DE FLOR referenciado en este relato:

La creación de las Fuerzas Paracaidistas del Ejército de Tierra español se remonta al 17 de octubre de 1953, siendo Ministro de la Guerra el general Muñoz Grandes. Se le encomienda la misión al comandante Tomás Pallás Sierra, que junto a 8 oficiales, 12 suboficiales y 149 de tropa formarán el primer curso de paracaidista, con lo que nace la I Bandera Paracaidista y recibe el nombre de "Roger de Flor", en memoria del famoso caudillo almogávar al servicio de la Corona de Aragón durante el siglo XV.

El 23 de febrero de 1954 se realiza el primer lanzamiento paracaidista desde aviones Junkers y Savoia, utilizando paracaídas modelo T-6, en Alcantarilla (Murcia), siendo esta una fecha que se celebra todos los años.

La Bandera se instala en el Acuartelamiento Lepanto (Alcalá de Henares), antiguo cuartel de Caballería, en 1955.

Actualmente, la I Bandera de Paracaidistas se aloja en la nueva Base "Principe" en el Término Municipal de Paracuellos de Jarama

Fachada del Cuartel, adyacente a La Universidad.

Carro de combate de Caballería, en 1955 . Modelo M24 cedido por EEUU, al ejército Español .

En la última carta que envié a Tere, le pedí notificara mi próximo regreso a la Sra. Agustina, que tuvo la amabilidad (aunque pagada) de mantener la habitación ocupada durante los seis meses con mis pertrechos y el tablero de dibujo con el paralex, (regla graduada ya obsoleta que abarcaba los 1,2 metros desplazándose paralela fija ).

Me daba un mes más de plazo para desocuparla, al obtener un piso idóneo de alquiler. Lo buscaría módico, pero céntrico, ya que se convertiría en mi primera vivienda-despacho.

Le conté como ansiaba volver a verla y saludar a sus padres, (aunque me estaba delatando veladamente). Tenía que resistir mis impulsos y cumplir con mi decisión, de declararme en persona en los bellos jardines de "La Masía". Era una sala de baile de moda, establecida en extrarradios de Barcelona, donde ya había acudido anteriormente, pero no con ella.
Y para no mostrarme más obvio, omití darle los datos del día y medio de locomoción que usaría. Al menos evitar el, por otro lado apetecido, recibimiento a mi llegada en la estación.

Parejas perdurables

Tere lo recuerda así:

Después de rechazar a Juanito, me quedé con la desagradable sensación de haber reaccionado con demasiada brusquedad por la manera que le dije sin contemplaciones que era por su estatura. Claro que si él no hubiera insistido tanto en saber el motivo de mi poco interés en su persona, me lo habría callado.

Cuando recibí la carta de Carlos, esa que iba solo dirigida mí y ver el encabezamiento, noté algo raro, como si alguien me estuviera oprimiendo el estómago acelerando los latidos del corazón

Mientras leía la carta de Carlos, me di cuenta que esa sensación tan nueva, ese corte de respiración, nunca lo había sentido. Era una mezcla de inquietud y de curiosidad por la novedad que me representaba. Con el paso del tiempo supe que vulgarmente se llamaba mariposas en el estómago.

Diecisiete años de aquellos tiempos, corresponden a los trece o catorce de ahora. O sea casi una niña. Sin ningún tipo de experiencia en nada.

Con mi amiga ya hablamos de esa salida que Carlos y sus amigos nos proponían para encontrarnos en la Diagonal, para pasear y conocernos en persona, los que aún no se conocían. Ella sabía mi rechazo hacia Juanito y me preguntó si Carlos me gustaba. Recuerdo que fui bastante evasiva le dije que sí, pero que también me gustaban todos los artistas que tenía en las paredes de mi habitación. Nos reímos mucho cuando me dijo “esos no cuentan, esos nos gustan a todas, y no están a nuestro alcance.”

En realidad tenía razón, eran para soñar despiertas.

Nos enfrascamos en la novedad de esa salida, con los que estaban a punto de regresar a sus casas.

A mi amiga le parecía que después de cartearse durante meses, conocía bastante al “pobre chico”, pero ahora también sentía una sensación nueva. Una cosa era charlar y dar consejos de las películas bonitas, y la otra era conocerse en persona.

Estábamos las dos muy intrigadas, en cómo iría esa primera salida. ¿Tendríamos temas de los que hablar?

Yo estaba menos apurada, porque Carlos no era un desconocido. Pero…si, había ese pero como una espada de Damocles encima nuestro. Igual en persona no congeniábamos las tres parejas que saldríamos.

Comunicarse por carta era una cosa, y otra muy diferente sería hacerlo frente a frente Y así sin darnos cuenta entramos en otra etapa de nuestras vidas. Pasamos de ser unas niñas a ser casi unas mujeres.


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